martes, 28 de mayo de 2013

First impressions often lie... primer concierto


Ya puedo sentir lo que estáis pensando, os puedo imaginar apostando mentalmente cual va a ser ese primer concierto que voy a contar y murmurando “bah, es demasiado fácil. La apuesta es evidente, nadie pensaría en apostar en contra de esta opción. Es obvio que va contar el homenaje a Canito”.
Claro, claro. Os entiendo. ¿que otro voy a contar? ¿no fue este el primer concierto del que se tiene noticia en la historia de la música española? ¿no estuvimos todos allí? ¿no? ¿pero, como, que tu no estuviste? Pero si todo Madrid, no solo “el todo Madrid”, si no que literalmente, sobre la base de todos los testimonios, de todas las conversaciones de bar, todo Madrid estuvo en Caminos (la escuela de) aquel segundo sábado de febrero de 1.980. 

Seguro que todos tus amigos y conocidos estuvieron allí, si te lo han contado mil veces, si de vacía que estaba Madrid parecía una ciudad desolada aquel día, si en el auditorio de caminos no cabía un alma, si el gentío estuvo a punto de desviar el eje terrestre. No es que el publico fuera mucho, es que era Legión. Y tu, tu, precisamente tu, ¿no estuviste allí?

Vaya, pues seguro que entonces estábamos juntos tomando una cerveza en un bar totalmente solitario, probablemente en El Muro o en El Jardin, por que yo tampoco estuve. Ya ves, sorpresa, sorpresa. Por fin conoces a alguien que no estuvo en el homenaje a Canito. Encantado, somos pocos, según las leyendas de bar no existimos, nadie nos ha visto, pero somos como las meigas: que haberlas... hailas.

Y no, no es que no nos hubiéramos enterado ni que no hubiéramos querido ir; no, no se trataba de eso la verdad es que si no fuimos fue porque no teníamos dinero suficiente y la Escuela de Caminos quedaba fuera del radio de acción de los medios de transporte a nuestra disposición (ninguno), si no a la ida que podríamos habernos acercado andando quedaba totalmente fuera del radio de autonomía a la vuelta ya que haciendo eses el camino triplica su distancia en linea recta.

Ademas, aunque no fuera una causa importante o suficiente para justificar la ausencia, ese día yo todavía tenia catorce años.

No, ya os digo: mi primer concierto no fue el homenaje a Canito. Los mas musicalmente cultos ya habréis supuesto cual fue ya que el titulo del post contiene una referencia clara, sin ser obvia (solo para expertos musicales o en farmacologia. Pista: es el estribillo de “Pretty paracetamol”). 

El primer concierto al que fui de manera consciente y premeditada fue a Fischer-Z. Incluyo lo de consciente y premeditada ya que si ese no era el primer concierto al que asistía, ya había visto algunos  otros semi-improvisados, solo es el primero al que lo hacia formalmente.

Empecemos por lo fácil. 

¿cuando? pues, gracias sean dadas a internet, puedo precisar que fue el 10 de abril de 1980, jueves para mas señas. No era un jueves Vallejiano, de lluvia y aguacero del cual tengo ya el recuerdo, pero hacia frío y se agradecía un jersey. Eso seguro.

¿donde? en el San Juan Evangelista, en el Johnny para los entendidos aunque yo me sienta incapaz de llamarlo así, ni siquiera en el recuerdo, y como mucho llegue a decir El San Juan

Vale, ya os veo venir a los mas avispados. Así que mi teoría es que no fui al homenaje a Canito por falta de dinero, de transporte e incluso por no tener edad suficiente y sin embargo aquí me tenéis tan solo un par de meses después, con el mismo dinero, la misma edad y los mismos medios de transporte en el concierto de Fischer-Z que también esta en la universitaria. 

Os puedo ver rumiando “aquí hay algo que no encaja”, a algunos pensando “seguro que tampoco estuvo en ese concierto” a otros imaginado “seguro que tenia algo contra Canito o incluso contra Tos”. “Explica esto, tío listo. Que te hemos pillado” farfulláis todos en vuestro fuero interno.

Para los cizañeros diré que no tenia nada contra Canito, al que no conocía, del que solo sabia el nombre, que era el batería de TOS y, claro, que había muerto en año nuevo. No es que fuera un caso especial, en aquella época sabia los nombres de casi todos los músicos de los grupos que me gustaban incluidos los baterías, o bateristas como al parecer prefieren ser denominados. aunque obviamente no conociera a ninguno (para empezar a conocer a músicos tendrían que pasar todavía unos cuantos meses). Si puedo decir que TOS me gustaban, que me gustarían Los Secretos con Pedro a la batería e incluso añadiré que fui de los que compraron su primer disco numerado, de edición limitada, que saldría tan solo unos cuantos meses mas tarde.

Para todos, cizañeros incluidos, diré que acudir a este concierto fue una operación muy complicada, casi sofisticada diría;  planeada y ejecutada a la perfección por el duo de enfermos mentales / genios del mal integrado por Jacobo y por el vanidoso narrador de esto.

Analicemos los condicionantes y las condiciones en las que debería ejecutarse el plan: 
  • Carencia de dinero: nuestro presupuesto estimado para el concierto - entrada, cervezas y otros - estaba por debajo de las 50 pesetas para ambos, lo que planteaba el primer problema, que a mentes menos resolutivas les hubiera detenido, ya que solamente la entrada de cada uno costaba 200 pesetas (aunque ahora os resulte difícil de creer Fisher-Z era una gran banda internacional. En septiembre de ese año tocarían, en la plaza de toros de Vista Alegre, los Ramones, con Nacha Pop de teloneros, y las entradas costarían 350 pesetas); la opción de estar a palo seco en el concierto era, como cualquiera puede comprender, sencillamente implanteable - para eso, casi mejor no ir - por lo que seria necesario contar con un presupuesto mínimo para al menos cuatro o cinco cervezas por imberbe; idealmente (una caña o botellín costaba entonces, dependiendo del sitio, unas 15 o 20 pesetas. Si sabias elegir el sitio podías tomarte una por 10 o 12 pesetas - incluso podías tomarte un martini con aceitunas por 14 pesetas. Bueno, quien dice uno, dice n -, pero algo nos decía que el precio en el concierto seria notablemente mas elevado); el capitulo de otros creíamos poderlo reducir a cero aunque esto supusiera un sacrificio y seguramente iría en detrimento de la calidad del concierto. Asi estaban las cosas: teníamos un déficit mínimo de mas de 500 pesetas.
  • Transporte: el San Juan esta en la ciudad universitaria, afortunadamente en una zona que incluso entonces era todavía razonablemente urbana y a una distancia que nos permitiría llegar andando hasta allí sin demasiados problemas, aunque seguramente la vuelta a casa pudiera complicarse un poco por el maldito efecto del paso errante pero era realizable en caso de necesidad o incluso podría solucionarse mediante un autobús aunque eso complicaría el aspecto económico ya mencionado;
  • Edad de los participantes: recordemos que en aquel momento yo tenia 14 años y Jacobo tenia 15, lo que si bien no nos planteaba un problema formal desde el punto de vista de entrar al concierto,  no se nos pasaba por la imaginación que ir a un concierto pudiera requerir una edad mínima, si que planteaba algunos problemas cruciales frente a los responsables de nuestra educación (a.k.a. nuestros padres). Iba a ser difícil que nos dejaran salir de casa con el plan de ir a un concierto a las 10 de la noche - siempre podíamos salir antes y entretenernos en el mundo exterior, aunque eso significaría agravar el problema económico - pero era sencillamente imposible conseguir que nos dejaran volver después de la una o una y media de la madrugada, hora que calculábamos como mínima en la que podríamos estar de vuelta. Problema que se intensificaba si considerábamos que todo esto sucedería un jueves, que todavía, al menos no para nosotros, no era el nuevo viernes.

Ciertamente parecía una misión imposible, seguramente lo hubiera sido para personas menos dedicadas pero no para dos libras de octubre que como todo mínimo conocedor del horóscopo sabe se caracterizan por su equilibrio, tenacidad, audacia y otros dones especiales. Nosotros tan solo necesitaríamos un buen plan y un milagro. 

Conseguir un plan sencillo es algo complicado pero que puede convertirse en sencillo si se trocean adecuadamente los problemas: divide y vencerás. 

Primer paso: disminuir, preferentemente eliminar, la vigilancia familiar. Vamos, lo que viene siendo burlar a la autoridad. Nada mas fácil, solo se requiere practica y ambos la teníamos. En una primera fase nos agruparíamos para disminuir el numero de vigilantes, liberando a mis padres de su tarea paternal: nada mas fácil, bastaba con que yo me fuera a casa de Jacobo a media tarde con la promesa, implícita, de volver para la cena. Para la segunda fase necesitaríamos un cómplice involuntario que permitiera extender la agrupación de nuestras fuerzas, como mínimo, hasta después del concierto. Relativamente  fácil: utilizaríamos a la madre de Jacobo que convencería a mis padres de que me dejaran quedarme a cenar y a dormir en su casa. Una petición de madre a madre, un plan perfecto. La tercera fase requería abandonar la casa de Jacobo - el cuartel general -  discretamente y conseguir volver a entrar en el cuartel general tras la incursión sin ser detectados. Dificilillo y arriesgado pero viable: el acceso no seria problema, teníamos llaves; la discreción necesaria, vital para el éxito de la operación, podía complicar las cosas - ninguno de los dos podíamos ser descritos como ninjas silenciosos - pero habíamos estudiado el terreno a fondo y confiábamos, si no en nuestra capacidad, en el hecho de que yo dormiría en la habitación de “la chica” que estaba en un extremo de la casa, el dormitorio paternal estaba en el contrario y era una casa grande. Desde esa habitación teníamos acceso a la salida de servicio, por la cocina, por lo que podríamos conseguirlo incluso con un nivel de discreción no demasiado elevado.

Ya teníamos un plan, ahora solo necesitábamos un milagro. 

Aquí estoy yo relajandome a la espera del milagro que tendría que llegar, aunque fuera poco probable y desconociéramos en que forma se presentaría. Teníamos fe, la inocencia de la juventud atea es así.


El plan se puso en marcha antes del jueves del concierto ya que resultaba necesario obtener el permiso para ir, a la salida de clase, a casa de Jacobo sin despertar sospechas innecesarias, para lo hubo que ir preparando el terreno avisando a las autoridades con el tiempo necesario. No era una tarea difícil ya que yo ya llevaba los tres años anteriores yendo directamente desde el colegio a casa de amigos a jugar y ser sociable. Desde sexto de la EGB, desde los 11 años, pasaba casi el mismo numero de tardes  en casa de los Viloria que en la mía, pero me disperso. Si eso, ya lo contare otro día.

Una vez en casa de Jacobo, mientras esperábamos que sucediera el milagro que necesitábamos, cada vez con mas urgencia, decidimos acercarnos a las habitaciones de los hermanos mayores de Jacobo a cotillear su música, e intentar robarles algunos cigarrillos  o sacarles alguna cerveza.

Jacobo tenia cuatro hermanos mayores: Juan, Rafa, Ernesto y Manu, cada uno de los cuales encajaba, al menos para nosotros, en un estereotipo propio de la época (también tenia un hermano pequeño, Nacho, que por ser menor que nosotros era mas una molestia que otra cosa y no tiene parte en esta historia. Pero, a nuestra manera, le queríamos y es justo que aparezca). 

En general era imposible, entre semana, ver juntos a todos los hermanos, incluso verlos a todos en el mismo día era algo bastante inusual, pero ese día tenia que suceder un milagro y que estuvieran todos en casa y al mismo tiempo podría considerarse casi milagroso, que nos dejaran quedarnos con ellos también era un poco milagroso. Pero allí estábamos nosotros, dos enanos, con los mayores, tranquilamente. 

Abro paréntesis para presentaros a los hermanos mayores:

Juan era el hermano mayor, el hermano formal (teóricamente), el que estudiaba económicas (o algo similar), el que vestía de traje (para ser mas serio), el que tenia una novia formal (tan raro era esto que su novia no tenia nombre, era solo la chica), el Mario Conde del futuro (antes de su caída). Resumiendo: el yerno que toda suegra quiere. Piensa en un hombre de pro.

Manu. Si dijera que Manu era moderno no le estaría haciendo justicia. Manu no era moderno, Manu era la modernidad, piensa en Bowie cuando Bowie era moderno pues Bowie era un wannabe comparado con Manu. No estudiaba, trabajaba y lo hacia tanto como pinchadiscos en sitios como El Hangar como de dependiente guapo y moderno en las tiendas de Almirante antes de que nadie supiera de Almirante. Cuando tenias que ser verdaderamente moderno para poder entrar en El Sol, el no solo entraba sino que tenia invitaciones, que compartía generosamente y solo mencionarle podía franquearte las puertas de cualquier garito. No es que tuviera discos, ni que los comprara, no eso lo podía hacer cualquiera, no, a Manu le pagaban por elegirlos y comprarlos e incluso por irse a Londres a comprar discos y ropa.

Ernesto era un hippie, autentico, salido directamente de una película alternativa de los sesenta, siempre estaba por el campo haciendo cosas campestres, plantando arboles o recolectando comida, o en la montaña escalando y alguna vez por Madrid estudiando para ser biólogo marino (o algo similar). Siempre preocupado por todo lo ecológico, la no violencia, los estilos de vida alternativos, el yoga y solo dios - el autentico, digo - sabe que otras cosas igual de majaderas. Piensa en Frank Zappa y no andarás lejos.

Rafa era el malo, el primero que tendría problemas con los estudios, el porrero, el que tenia la vena yonkie, el hijo díscolo, el macarra, el que acabaría pasando por los paracas del Alcala e incluso entre aquellos especímenes, cuerpo de elite peor que la legión extranjera, ni destacaría ni lo pasaría mal. El siempre estaba integrado en todas partes aunque en todas fuera un outsider. Piensa en Lou Reed, en el NY de finales de los setenta y lo tienes.

Cierro paréntesis y vuelvo a la historia.

El caso es que de alguna forma estábamos los seis reunidos hablando de todo un poco y de nada en concreto, básicamente de música, cuando Jacobo astuta y ladinamente se hizo con el poder del radio cassette y puso una cinta (con toda seguridad una TDK casera) con el So long de Fischer-Z desencadenando el milagro.

Rafa pensaba ir al concierto ya que al fin y al cabo ya era viernes - aunque para los demás fuera jueves, su semana tenia cinco viernes y dos sábados, y la diferencia entre ambos días no estaba muy clara - así que había que salir y esta era una buena opción aunque el ir solo le quitaba un poco las ganas, no le apetecía conducir ni para ir ni mucho menos a la vuelta.

Juan no estaba seguro ya que, aunque le gustaban bastante y le apetecía, al día siguiente era viernes y el tenia que estudiar, o que trabajar o incluso que hacer ambas cosas, ademas de quedar con la chica.

Manu no iba a ir ya que, como no podía ser menos, el ya los había visto el día anterior - si, tocaron dos días seguidos - y si bien a el personalmente no le gustaron nada, le parecía que había sido un buen concierto, aunque un poco patético por ser demasiado antiguo, demasiado obvio (el solo había ido por que le habían invitado y ese miércoles no había nada mejor en Madrid, ademas había que dejarse ver).

Ernesto se lo estaba pensando ya que pese al toque reggae que se adivinaba le parecía que era una música poco o nada comprometida y el necesitaba algo mas intenso.

Una hábil y rápida sintonía mental nos permitió modificar nuestro plan sobre la marcha para ofrecernos a acompañar a Rafa para que no fuera solo. Si ese era todo el problema, nosotros iríamos con el. Al fin y al cabo para que están los hermanos y los amigos de los hermanos. 

Podía ser pero no le acababa de convencer eso de llevarnos (así era cono lo veía el. no veía nuestro esfuerzo, que estábamos dispuestos a ir solo por acompañarle). 

Necesitábamos mas aliados. Había que poner The Worker urgentemente y convencer a Ernesto de su letra reivindicativa y de que esta era de las poco reivindicativas. Eran los nuevos Clash. Dicho y hecho: Ernesto se apuntaba.

Juan, nuestro hombre formal, no veía claro el que nos fuéramos con Rafa y Ernesto, a escondidas por que todos teníamos claro que pedir permiso o comentarlo con las autoridades estaba completamente fuera de lugar, estaba abocado al fracaso. No, definitivamente no lo veía claro y a punto estuvo de no suceder el milagro. Pero Rafa ya se había decidido y le parecía fenómeno llevarnos a pasear a los pequeños, se convenció de que era una necesidad y convenció a Juan. Bueno, le convenció de venir, de acompañarnos y vigilarnos. el no pensaba comerse el marrón en que Rafa nos podía meter si íbamos solos con el, o con Ernesto.

Perfecto, ya estaba todo organizado y obviamente el problema económico resuelto ya que   una vez convencidos todos el pequeño detalle de que no tuviéramos un duro y que ellos corrieran con los gastos era un nimiedad, para eso eran los mayores.

Solo quedaban pequeños detalles como salir de casa sin dar explicaciones, simulando ir a dormir y tener cuidado a la vuelta. Pequeñeces sin ninguna importancia.

Nada podía pararnos, nos íbamos de concierto. Ahora ademas teníamos coche, lo que hacia la vida mas fácil. 

Ernesto conduciría, Juan haría de copiloto y nosotros con Rafa iríamos detrás. No había ningún peligro. .

Bueno, a decir verdad había un peligro desconocido: llevar a Ernesto al volante, como comprobaría en años venideros llevar a cualquier hippie al volante es un peligro latente y mortal. En este caso el peligro vino en el viaje de ida ya que Ernesto se dio cuenta de que tenia calor en el coche, algo que podía solucionar fácilmente si se quitaba el jersey que llevaba. La solución era trivial, bastaba con quitarse el jersey. ¿en cuanto pudiera, diréis? no, hombre, no. La solución era quitarselo exactamente en el momento en el que se le  había ocurrido la idea, aunque en ese momento fuéramos a toda velocidad por el carril izquierdo de la Castellana y precisamente el fuera el conductor. Pequeñeces, convencionalismos burgueses. Si el quería quitarse el jersey en ese momento pues se lo quitaba, y sin avisar a nadie por supuesto. El que no fuera una operación fácil, la posibilidad casi cierta de perder la visión temporalmente y la igualmente probable de acabar dando un volantazo justo en el momento de ceguera no suponen nada mas que prejuicios que coartan nuestra libertad individual como bien le explicaría a Juan posteriormente.

Afortunadamente, para nosotros y algunos otros conductores, Juan estuvo razonablemente rápido de reflejos, detectando la operación a tiempo, asegurando el rumbo, haciendose cargo del volante antes de que acabáramos todo acabara en un aparatoso choque frontal, aunque no fue lo suficientemente rápido como para que nuestra corta vida empezara a pasar a toda velocidad ante nuestros sorprendidos ojos (los de Jacobo y los míos, ya que Rafa andaba algo despistadillo fumandose un primer porro ajeno a todo). 

Sin mas incidentes llegamos al concierto. Estaba abarrotado. La parte de abajo resultaba inaccesible así que nos fuimos a la parte de arriba donde nos hicimos con un estupendo sitio en la escalera en el que montamos un pequeño campamento con cervezas y porros ajenos a la gente que intentaba entrar, salir o simplemente desplazarse por el local. Al fin y al cabo éramos cinco tipos malos que acabábamos de sobrevivir a un absurdamente estúpido accidente de trafico.

Probablemente el sonido fuera infecto, el concierto empezara tarde y fuera excesivamente corto, e incluso puede que el grupo no fuera el mejor del mundo. Todo esto puede ser cierto, al fin y al cabo Fischer-Z , para que negarlo, era uno de esos grupos de segunda fila en Gran Bretaña aunque aquí y entonces eran un grupo de culto (como mas tarde los serian The MotelsB-Movie, The Sound o The Church por citar algunos), no encajaban en ningún movimiento concreto, tenían un sonido que mezclaba demasiadas influencias, desde el reggae hasta el riot-punk, con un vocalista compositor, John Watts, con un sonido demasiado personal, no tenían un gran montaje ni técnico ni de marketing, no tenían imagen y eran tan solo un guitarrista, bajo, batería y teclados... pero... sinceramente creo que fue un concierto sensacional y sigo creyendo que son un gran grupo.

Tocaron prácticamente todo el Word Salad, su disco del 79 que nos sabíamos prácticamente entero ya que se lo habíamos robado, tomado prestado seria mas adecuado, hacia tiempo a Manu y todo lo que conocíamos, incluso algunas que no, del Going deaf for a living que acababan de sacar, que mejoraba el anterior, con una de sus mejores canciones: So Long




(si ha habido suerte, este debería ser el video de So Long, sin embargo lo mas probable es que tengáis que buscarlo en youtube. Si quereis haceros una idea)


Ademas, con una buena provisión de cervezas y sustancias garantizada por los hermanos mayores, con el transporte solucionado, habiendo ejecutado nuestro plan - notablemente modificado y mejorado por las circunstancias - y habiendo tomado parte en un milagro ciertamente fue un concierto y una noche para recordar.

El único punto malo de la noche fue que después del concierto se acabo para nosotros y fuimos conducidos, bajo la atenta y paternal mirada de Juan, hasta casa sin opción de seguir con los mayores díscolos tomando cervezas o incluso unas copitas. De ninguna manera, nosotros teníamos que ir a dormir que mañana había colegio y ya era de volver porque como se descubriera que habíamos salido de casa tendríamos que responder ante Ernesto padre que, siendo una persona excelente, seria la inspiración para el “Ernesto” de Los NIkis. Pero me distraigo, si eso, ya lo cuento otro día.

Solo decir que ese seria el primero de varios cientos de conciertos que veríamos, unos 2 o 3 por semana durante los próximos seis o siete años, a los que podemos sumar todos los de los últimos años en el Wurlitzer Ballroom pero, si eso, ya lo cuento otro día.

viernes, 24 de mayo de 2013

Seis meses (parte 1)



Advertencia / disclaimer: este post va a ser largo, especialmente largo y se queda en un “continuara”. Casi seguro que será especialmente aburrido. No contiene recuerdos graciosos, teorías descabelladas, desnudos, comportamientos soeces o explícitos, ni nada parecido. Creo que podría clasificarse como algo terapéutico que puede entenderse que hago por prescripción facultativa (así seria si yo fuera un personaje de  Estrenos TV). Avisados quedáis y podéis, igual debéis, saltaroslo tranquilamente. Si eso, pues ya os contare otro día otra cosa.

Supongo que tarde o temprano acabare escribiendo sobre ello y ya que me he dado cuenta de que hoy (teóricamente mañana aunque con lo lento que escribo posiblemente sea mas bien ayer que hoy, y para cuando vosotros lo leáis la referencia temporal sera aproximada) es el primer medio aniversario, si es que el concepto de medio aniversario o incluso el de aniversario para este tipo de cosas tiene algún sentido es un día tan bueno como cualquier otro.

En cualquier caso, hoy hace seis meses que mis hermanos y yo quedamos un domingo para hablar sobre el tema de mi abuela, no sobre mi abuela que es otro asunto aparte, de como íbamos a plantearlo de cara al futuro, por lo menos a corto y medio plazo. Puede que seamos cobardes pero la posibilidad de un largo plazo con mi abuela es tan desesperante como para que ninguno de nosotros se atreva siquiera a pensar en la posibilidad de la existencia de un largo plazo. Esperemos que podamos ir de cortos en cortos.

Mi abuela es un gran foco de tensión, al menos para mi aunque obviamente soy el hermano menos implicado en las relaciones con ella. Mis hermanas, L y Maite se llevan la peor parte, el peso de la relación con ella, en dura competencia con Alvaro - que sin ser hermano propiamente dicho - que ejerce a todos los efectos de hombre de la casa. Columna tiene la excusa de la distancia, por vivir en Miranda del Ebro. Rafa tiene la excusa parcial de ser hombre y de ser mi abuela sumamente machista por lo para ella esta no es su tarea, ademas de las excusas añadidas de la distancia parcial y de su carácter. Yo no tengo ninguna excusa concreta - vale, si. La de ser hombre me resulta aplicable - y mi distancia se debe sencillamente a mi carácter y al suyo habiendo existido  desde siempre un distanciamiento casi total.

Pese a que mi relación con ella sea mas cercana a una conjetura, siendo casi algo nominal, que a una realidad mi abuela me desquicia, cada día un poco mas ¿porque? os preguntareis, o no.

Pues dicho sencillamente por que estoy convencido de que mi abuela es una mala persona. No, no es que sea insoportable, aunque lo es y no en la forma en que lo son los viejecillos que con suerte también lo seremos nosotros; no, no es que requiera cuidados, que los requiere aunque no los agradezca; no, no es que sea egoísta, que lo es hasta limites insospechados. No, no es eso. Simplemente es que es mala. Incluso podría poner mala con mayúsculas en negrita y me quedaría corto. Pero divago, si eso ya lo cuento otro día.

Ese domingo habíamos quedado todos los hermanos, no recuerdo  si a tomar un cafe o un aperitivo. El tema era importante. Rafa había bajado de Cercedilla, Columna había venido desde Miranda, Helena había dejado a Alicia con Alvaro que en una mañana de domingo es algo difícil ya que para el es como el viernes a la salida de la jornada laboral para otras personas, Maite había madrugado un domingo y yo había roto mi regla, casi sagrada, de no salir los domingos de casa. Se trataba de un tema con fuertes connotaciones económicas, no era tanto sobre que hacer con mi abuela como saber si podíamos y como hacer lo que todos habíamos consensuado como mejor, mejor para ella aunque el esfuerzo de hacerlo fuera a continuar sin ser apreciado por ella.

Tras larga y arduas deliberaciones habíamos conseguido, habían conseguido acordar las partes con mayores problemas logísticos, quedar en la irlandesa de Manuela Malasaña, digamos que a eso de las doce de la mañana aunque pudo ser a cualquier otra hora. Allí, en el lugar y a la hora acordada, me presente yo sin que fuera ninguna sorpresa ser el primero en llegar. Cada uno tiene sus particularidades. 

Me pedí una pinta y me dispuse a esperar la que anticipaba seria la llegada escalonada de mis hermanos. Cada uno tiene sus particularidades y lleva sincronizado su reloj con una mini franja horaria diferente.

No hubo tanta suerte. No podría esperarles tomando una, mas que agradable y necesaria, pinta matinal. 

Habían acabado de servirme la pinta cuando para mi sorpresa, ya que aun no llegaban tarde (al fin y al cabo no llegarían tarde, hasta que llegaran), mi hermana me comunicaba que Rafa y Maite habían decidido que en lugar de acudir a donde habíamos quedado habían decidido ir a otro sitio. Habían decidido ir a El Andino, incomprensiblemente  a la vuelta de la esquina de donde habíamos quedado, afortunadamente a la vuelta de la esquina. Una vez comunicado que yo estaba con una pinta por lo que tardaría un poco en llegar ya que no pensaba beberemos de un trago, que me la bebería de tres o cuatro ya que estaba especialmente rica y llegaría en cinco o diez minutos me puse a la tarea.

Al cabo de diez minutos ya estaba en la puerta de El Andino pero no dispuesto a entrar, como parecería lo razonable, si no que ya estaba saliendo puesto que, oh mañana llena de sorpresas, mis hermanos tampoco estaban allí. No, habían decidido irse a la pizzería del dos de mayo por supuesto sin esperar o comunicar el cambio. 

En fin, pequeños incidentes característicos de mi familia que no colaboraban a que la mañana fuera mas agradable. Al final nos reunimos, charlamos y decidimos lo que era necesario, lo que nos habíamos planteado como objetivos del día. Todo iba todo lo bien que es normal en estos casos.

Lamentablemente a mitad de la reunión familiar yo me empece a encontrar mal, un pequeño mareo y creo, no recuerdo con claridad, algún vomito. Se me paso, acabamos la reunión, nos separamos y me fui a casa a pasar el resto del domingo con un dolor de cabeza que me había empezado. Era el 25 de Noviembre. No se porque pero el poner la fecha le da un toque melodramático y si pusiera la hora seria incluso mas dramático así que reescribamos, aunque tengamos que inventar, y completemos la frase:

Eran las cuatro de la tarde del 25 de Noviembre. Acababa de tener un derrame cerebral.

¿verdad que si? así ha mejorado, en un sentido dramático quiero decir. La realidad es que yo solo tenia un dolor de cabeza, fuerte eso si, pero no pensaba que nada en especial. 

El lunes fui a la oficina, estuve trabajando casi todo el día con el dolor de cabeza y un poco antes de lo habitual me marche a casa. El martes, con un dolor ya mas intenso, volví a ira a la oficina en parte por evitar a la asistenta y en parte porque tenia que trabajar. Creo que me marche antes de la hora de la comida. El dolor ya me parecía excesivo, estar prestando atención a mis cálculos se me hacia difícil. Calculando que ya no me cruzaría con la asistenta me marche a casa, creo que antes de comer con el plan de tomarme unas aspirinas o similares, apagar la luz y descansar para que se me pasara el dolor.

Ese era el plan. Un plan sencillo, tampoco estaba para filigranas: combinar el uso de la química con los remedios ancestrales tenia que conseguir que se me pasara el dolor de cabeza.

No fue así. 

El primer escollo en el plan se produjo cuando al llegar a casa descubrí que yo no tenia prácticamente ningún remedio químico que pudiera valerme. No es que no tuviera medicinas en casa, como si fuera un hippie o un testigo de Jehová, nada mas lejos de la realidad: tenia mis antiácidos - de los que incluso tengo marca y modelo favorito: Tums de frutas del bosque, por si volvéis de estados unidos, queréis traerme un regalo y no sabéis que - pero no parecían adecuados; también tenia Frenadol que, aunque mas interesante que los antiácidos, tampoco parecía especialmente indicado; tenia unas pastillas de opiáceos - con receta y caducadas hacia años - que tuve que comprar una vez que se me rompió una muela pero que, por experiencia, me parecían excesivas ya que tampoco quería quedarme catatonico por un simple dolor de cabeza; y tenia un analgésico de carácter genérico para la espalda - que casualmente no viene en pastillas sino en papelinas, como si se tratara de una formula magistral, aunque no es mas que una mezcla de aspirina y acetominofen - que parecía prometedor para el dolor de cabeza y encima no estaba caducado. Escollo resuelto, el plan podía proseguir. 

El segundo y definitivo fallo del plan fue que las papelinas no funcionaron, me seguía doliendo la cabeza e incluso, aunque seguramente esto fuera obsesión, me dolía mas cada día. 

Pese a todo seguí con el plan. Era un buen plan, aunque no pareciera funcionar. Seguramente tan solo necesitaba un poco mas de tiempo del que había supuesto, asi que seguí con mi plan hasta el viernes y no lo abandone por voluntad propia si no que fui obligado por mi hermana Helena que insistía en que eso no era normal y que me llevaba directamente a urgencias quisiera o no quisiera.

Como me dolía la cabeza, no estaba yo para discutir así que, quiero pensar que, accedí; aunque como me conozco no creo que accediera, ya que ir a urgencias para contarle al medico que me dolía la cabeza me parecía una autentica mariconada (dicho desde el cariño y el respeto a ambos colectivos e incluso a la intersección de ellos).

Llegamos a urgencias, donde cada uno contó su versión. La mía, edulcorada: que me dolía la cabeza desde hacia unos días, bastante a decir verdad, pero vamos que no era mas que un dolor de cabeza. La de mi hermana, mas dramática: que me dolía insoportablemente desde hacia una semana, desde que había vomitado y casi me había desmayado, que obviamente pasaba algo.

El medico, afortunadamente aunque no se porque, dio mas credibilidad a la versión de mi hermana, decidiendo que yo era un mal enfermo, y que me tenia que hacer unas pruebas ya que algo no le encajaba, eso si que no me preocupara que no seria nada.

Dicho y hecho, ventajas de no ser un emigrante ilegal y/o de tener seguro medico, a por un TAC, que no falte de ná. Los resultados pues como los de las películas o los chistes malos: “Tengo una noticia buena y una mala”  - nos dijo con mucha seriedad - “La mala: que ha tenido un derrame cerebral; la buena: que no esta en coma”. Seguro que en su cabeza sonaba mucho mejor e incluso resultaba graciosa, seguro que para él el concepto de derrame cerebral es lo suficientemente habitual para no representar lo mismo que para los legos en la materia, posiblemente menos terrible que lo que puede sonar para personas, como nosotros, cuya relación con ese concepto es la de tener un sobrino que tuvo uno y nunca volvió a ser el mismo.

Este es mi cerebro en el primer TAC:



Desde mi desconocimiento total de la medicina superado por mi incapacidad de interpretar un escáner cerebral seguro que no he elegido una buena toma que refleje médicamente el problema, y la verdad es que tampoco es la toma mas bonita del escáner - las hay verdaderamente fascinantes - pero creo que esta toma, incluso desde mi ignorancia enciclopédica, muestra que había algo raro en mi cabeza (aunque puede que esa especie de punto blanco sea lo mas normal del mundo).

No negare que el que le dieran mas credibilidad a la versión de mi hermana me molesto un poco pero afortunadamente se vio compensado por que, al menos, se demostraba que no soy un quejica, que había razón para que me doliera. En cierta medida me alegraba del resultado ya que habría sido una tontería ir a urgencias por un dolor de cabeza; ir por un derrame cerebral, aunque seguía sin justificar el ir a urgencias, si podía considerarse como un motivo posible para ir al medico. Urgencias me seguía pareciendo excesivo ya que al fin y al cabo llevaba una semana con el dolor de cabeza por lo que urgencia, lo que se dice urgencia no me parecía que hubiera pero al parecer, de esto yo se poco, esto es lo que hay que hacer.

Así que, seguramente a altas horas de la noche, se separaron los caminos de mi hermana, o hermanas, que puede que Maite se hubiera acercado antes a apoyar a L: yo a Cuidados Intensivos, a que me cuidaran pero sin vigilancia que para eso le han cambiado el nombre; mi hermana, o hermanas, a la ingrata tarea de repartir las noticias y sobretodo e inevitablemente a reconcomerse con mi posible estado y su posible evolución.   

Esta claro que a mi me tocaba la parte mas fácil. Al fin y al cabo yo solo tenia que estar tumbado dejando que me cuidaran. Ademas mis especialistas médicos me administraban cantidades de drogas que, si bien no eliminaban el dolor, lo hacían mas llevadero. 

La administración de morfina por vía intravenosa - que según me han informado es lo que me daban -  combinada con pastillitas variadas - aunque casi todas eras blancas y no “rojas, verdes o amarillas” como en la canción, lo que es una pena para esta narración - tiene ese gran efecto positivo. Su efecto secundario, no dire negativo aunque lo sea para esta narración, es que tu cerebro esta en un estado en el que no retiene prácticamente nada de lo que pasa a tu alrededor por lo que mis recuerdos del tiempo en la UCI son prácticamente inexistentes.

Según mi memoria debí de estar allí un día, a lo sumo dos; según los partes médicos - corroborados por otras fuentes de diferente fiabilidad, como son los miembros de mi familia - estuve hasta el día 5 de diciembre cuando me dieron el alta para irme a la habitación. Seis días, casi  una semana, que desde fuera debió de ser una eternidad aunque todos mis recuerdos sumados no abarquen mas de un par de horas.

Igualmente, siempre según mi memoria, una vez que salí de cuidados intensivos pase por la habitación del hospital el tiempo justo de ir al baño para poder cagar a gusto - mi herencia valenciana me permite escribir cagar como una actividad normal e incluso comentar que es algo que me tenia muy preocupado no haber podido hace en cuidados intensivos. Lo intente, o recuerdo intentarlo, pero no lo conseguí - y poco mas. Recuerdo muy vagamente haber tomado un descafeinado, especialmente repugnante, y casi recuerdo haber comido pescado aunque creo que esto me lo he inventado.

Según la realidad: estuve en la habitación dos días enteros con sus noches, sus comidas, cenas y desayunos, supongo que incluso con visitas tanto mías a cagar como de familiares y amigos. Según la realidad una noche se quedo conmigo mi hermano Rafa y la otra mi hermana Columna, de ninguno de los dos tengo recuerdo en ese entorno; según la realidad incluso vino gente a verme durante esos días aunque si recuerdo algo sobre unos bombones (que creo implicaba a Bermejo, pero al parecer eso paso en cuidados intensivos. Todo indica que hasta vi a gente en cuidados intensivos) pero puede ser una recreación posterior basada en que si recuerdo haberme comido una caja de bombones mas tarde. 

Lo siento, pero no recuerdo nada. 

Ni siquiera tengo recuerdo de como era la habitación, ni de haberme vestido para abandonar el hospital ni tan siquiera de haberlo abandonado, ¿como, en taxi? ¿con quien, quien me acompañaba? ¿cuando, era por la mañana, por la tarde? ¿me dieron el alta por sorpresa o estuvimos esperando por ella?.

Nada.

Mi siguiente recuerdo es estar en casa de mi hermana, pero no sabría decir si es un recuerdo de ese mismo día, del día del alta, o si es del día siguiente o de una semana después.

No es que me moleste el no recordar por no poder contar bien esta historia, es mas bien que me preocupa haber olvidado a alguien importante, alguien a quien se me haya olvidado agradecerle algo. Supongo que no debería preocuparme porque al fin y al cabo siempre he sido poco-mal agradecido y no será la primera vez, ni probablemente la ultima, que cometa el error de no dar las gracias adecuadamente 

Lo que me inquieta verdaderamente es no tener ninguna idea de cual es mi obsesión verdadera, esa obsesión que es la única que te queda cuando estas en cuidados intensivos plenamente drogado, esa obsesión que esta tan fijada en tu subconsciente que no puedes evitar transmitirla a todos los que te rodean y que es casi la mejor seña de identidad de una persona. En mi experiencia esa obsesión, la forma de expresarla, lo que contiene tanto como lo que no contiene refleja mas de la personalidad verdadera de uno que cualquier cosa que pueda haber hecho o dicho con anterioridad. 

Yo aun no he conseguido que me cuenten cual es y eso me inquieta, me inquieta tanto que no me atrevo a preguntar por ella. 

Si consigo que me la cuenten, pues eso, ya os la contare. 

lunes, 20 de mayo de 2013

Los Mayas no se equivocaron



Se que ahora, en Mayo de 2013, resulta fácil pensar que los Mayas se equivocaron y que el mundo no se acabara en Diciembre de 2.012. 

Si, la verdad es que, considerando el calendario, parece evidente que se equivocaron, al menos en cuanto al final del mundo aunque posiblemente también en el tema de los sacrificios humanos y en lo de jugar a algo parecido al baloncesto con las cabezas de sus enemigos, ya que el mundo no se ha acabado y tengo mis dudas de que una modalidad de baloncesto sea el mejor deporte para practicar con cabezas humanas.

En cualquier caso creo tener indicios de que igual en lo del fin del mundo no estaban tan equivocados, y estoy dispuesto a admitir que igual, con unas reglas modificadas, el baloncesto no es tan mal deporte para dar buen uso de algunas cabezas humanas como pudiera parecer en un principio.

La verdad es que de un tiempo a esta parte estoy observando síntomas inquietantes que, adecuadamente analizados, me empiezan a convencer de que igual los mayas tenían razón y el mundo se acabara en la fecha prevista. 

Lo que sucede es, sencillamente y explicado para legos en la astrofísica cotidiana, que aun no hemos conseguido llegar hasta la fecha prevista para el fin del mundo, aunque nos lo parezca. Sencillamente en algún momento, aun no puedo precisar cuando (pero estoy en ello), hemos dejado de avanzar, entrando en un retroceso temporal del que me temo que aun no nos hemos recuperado: seguimos yendo hacia atrás (también intento calcular hasta donde nos llevara este retroceso, que estoy convencido no será indefinido).

Es mas fácil pensar, confieso que también fue mi primera hipótesis, que los indicios que he detectado se deben a una reacción tardía a las drogas, tardía ya que la ultima vez que tome drogas fue en 1988, y que ciertamente nunca debí de haber bebido del cáliz que me ofrecieron en el Mala Vida, del que sospeche que no, o no solo, contenía el alcohol habitual si no que estaba preparado con alguna sustancia adicional ademas, ni que decir tiene, de con mucho cariño y especial como me aseguro la camarera en una de aquellas noches de casi imposible e imborrable recuerdo.

Ciertamente resulta difícil mantener esta hipótesis - que resumida podemos enunciar como: nunca llegamos a diciembre de 2.012 habiendo iniciado un retroceso temporal - pero los indicios que permiten enunciarla resultan evidentes e innegables.

Por una parte basta con ver, oír o leer las noticias cotidianas que:

nos anuncian que una vez mas un prominente banquero, con una actitud de prepotencia absoluta, va a ser encarcelado por múltiples chanchullos personales y públicos - inevitable no pensar en aquel Mario Conde que era la imagen que algunos deseaban para toda una generación;

cuando leemos que la religión, la verdadera se entiende, vuelve a ser defendida por el estado tanto que la asignatura de religión volverá a formar parte de la media académica con igual peso que las asignaturas científicas puntuando para la obtención de becas - como no recordar los buenos tiempos en que por fin  pudimos elegir entre ética y religión y la nota obtenida en la misma tenia el mismo peso que la pre-tecnología o la gimnasia; 

cuando se anuncia o mas bien se amenaza con volver a penalizar el aborto en casos de malformaciones irremediables del feto y otros supuestos - terrible revivir aquellos tiempos arcaicos en los que si no funcionaban los peligrosos remedios de las abuelas era necesario, para las personas reales, verse implicadas en mundos clandestinos y situaciones aun mas dramáticas que el propio drama de abortar tan solo por intentar mantener unas pocas esperanzas para su vida futura mientras para la personas irreales, aquellas que se lo podían permitir, era suficiente aprovechar un viaje a la pérfida Albion;

cuando no hace falta que nos lo anuncien los medios de comunicación, si no que son nuestros amigos y conocidos los que se ven obligados a empaquetar sus cosas y buscar un nuevo entorno, no para progresar y ser los mejores, sino las mas de las veces para asegurarse un nivel mínimo de subsistencia - como no pensar en todos los paisanos de PIles, por ejemplo, intentando acostumbrarse a los licores franceses lejos de sus huertas (algo que todo sea dicho consiguieron encomiablemente hasta el punto de que ahora, que han vuelto, se consume mas Ricard en Piles que en algunas regiones de Francia. Tanto, que Ricard patrocina las fiestas locales); 

cuando vemos como determinados colectivos van siendo privados de derechos básicos o cuando sin privarles directamente de estos derechos estos les son restringidos de forma indirecta por la vía economía - como no pensar en las grandes factorías de la revolución industrial del siglo XIX, en la pobreza que muchos para enriquecer a pocos, o como no recordar a Brecht preguntandose ¿cuando vendrán a por mi?); 

cuando sospechamos que los escándalos económicos de los partidos políticos empiezan a ser mayores que el viejo caso Filesa y empezamos no solo a pensar si no a desear que un bueno numero de nuestros políticos acaben en prisión -  inevitable recordar que en la incipiente democrática había un gran numero de políticos ex-presidiarios, aunque por causas bien diferentes, y pensar que en breve podremos tener no ya un gobierno de golfos apandadores, como ahora, si no otro gobierno de ex-convictos.

Por otra parte no podemos obviar comportamientos, tal vez menos importantes pero sin duda sintomáticos, como a ministros:

declarando que los yogures no caducan - inevitable preguntarse si la base científica de la protección de la salud ha sufrido un retroceso tan grande como para que ahora todo sea eterno y la vacunación optativa;

cuando les vemos encomendandose a la intercesión de la Virgen del Rocío para la creación de empleo - terrible confirmar que esta es otra de las opciones seleccionadas para la creación de empleo, con la famosa flexibilización, que seguramente resulte igual o mas efectiva; 

cuando la presidenta general  del partido del gobierno les exige a sus barones, ademas de a sus militantes, obediencia hasta el punto de que algunos tienen que recordarles que son un partido político y no una secta - como no recordar cuando a las elecciones se presentaban directamente sectas como el partido humanista o incluso cuando la obediencia al partido termino siendo el principal argumento de los acusados en famosos juicios contra la humanidad.

Hasta aquí los indicios que soportan actualmente la tesis, digo actualmente ya que dejo como pruebas irrefutables de la misma la futura vuelta de las hombreras, la mariconera, los calientapiernas o la copla (entre otros), que no dudo están a punto de suceder.

La antítesis, necesaria en cualquier debate científico que quiera ser considerado valido, resulta evidente y entres sus pruebas mas evidentes están que el calendario sigue avanzando, nosotros seguimos envejeciendo, las uñas - especialmente de las de los pies - y los pelos - especialmente los de la nariz - nos siguen creciendo conforme al calendario natural, los precios de las cosas siguen aumentando (salvo el de la cocaína que no ha subido desde los años ochenta, puede que incluso desde antes pero no tengo datos, y que el gobierno se esta planteando incluir en la cesta de la compra para reducir el IPC), las vacaciones se acercan y cada vez tenemos menos dinero para disfrutar del día a día. 

La síntesis, como ya habréis adivinado, es que los mayas no se equivocaron respecto a la fecha del fin del mundo sino que la sociedad aun no ha conseguido llegar a esa fecha, aun cuando cada uno de nosotros lo hayamos conseguido de forma independiente o en grupitos.

Si, amigos, me habéis descubierto. Sorpresa, sorpresa: soy un fascista, no un etarra como todos vosotros (que sabéis que el gobierno tiene razón), ya que un corolario inevitable de mi tesis es que el PP no nos ha salvado de la crisis, nos ha salvado del fin del mundo. 

Pero como a pesar de ser un fascista intelectual pro-maya creo en la importancia de la sonrisa, si no de la risa, y para que no os quedéis con mal sabor de boca tras la lectura del corolario de mi tesis os copio el final de prologo de ¡Tierra! de Stefano Benni, novela que entre otras cosas trata del futuro, de viajes espaciales, de mayas:

... En el estudio de Radio California Uber Alles el disc-jockey dijo: “Y ahora, amigos, después del ultimo éxito de los War Heroes, otro disco para vosotros, ¡un disco que os hará saltar a todos por los aires!”

Eran las 4:45. El disco no tuvo un gran éxito de audiencia. El misil ruso cayo sobre California exactamente con la primera frase del bajo.

Así comenzó la Tercera Guerra Mundial, y luego hubo otras tres.

P.S.: prometo seguir con los estudios cinéticos para calcular a donde nos ha llevado este "semi-bucle"  temporal (todo parece indicar que a los primeros ochenta) y que podemos hacer para volver a coincidir con el calendario del resto del mundo. El origen esta claro y obviamente los primeros sintomas se producen alrededor del bar Nikei en Chueca cuya ultima remodelación les ha llevado de vuelta a los ochenta pese a que a mi hermana Maite haya dejado de gustarle por parecerle "demasiado moderno".

viernes, 17 de mayo de 2013

Una primera comunión (no la mia).


El sábado estuve en una comunión - bueno, estar, estar, lo que viene siendo estar en la comunión: no estuve. 

Pensaba haber estado, me puse mis mejores galas: chaqueta y corbata, que me compre para ir a un viaje de trabajo a Vietnam, aunque luego apenas utilice y que he convertido en mi uniforme de ceremonias varias; fui a la iglesia, no solo con tiempo si no que también con la sincera intención de soportar todo el rito, ya que se trataba de la hija de un amigo que me había insistido en que le hacia mucha ilusión. 

De hecho según me acercaba al evento iba pensando que igual esta era la primera comunión a la que realmente asistía, desde la mía propia, ya que era la primera vez que asistía sin compañía de confianza (léase: con alguien con quien ira a tomar cervezas mientras durase la ceremonia o con quien entrar a la iglesia, parroquia o recinto solo lo suficiente para poder abandonarla en cuanto se iniciase la ceremonia o incluso antes si se retrasaba el inicio) y que sabia que prácticamente todos las personas que pudiera conocer estarían en el interior devotamente conmovidas. Si, uno también tiene este tipo de amigos y conocidos: de ese tipo con el que tu vida, tus convicciones, tu forma de vivir no tiene nada que ver y que en cuanto pasas un rato con ellos quedas convencido de que hay alienigenas viviendo entre nosotros, pero a los que, inevitable e injustificadamente, tienes cariño.

Ya digo, estaba totalmente mentalizado para el esfuerzo e incluso hasta para mantenerme razonablemente despierto durante la ceremonia, prestando atención a detalles relevantes que luego pudiera comentar para convencer a cualquier incrédulo - todos y cada uno de mis conocidos - de que realmente había estado, aun consciente de la dificultad que ambas cosas entrañaban. 

Pero no fue posible y no por culpa mía, intentare explicarlo.

Habían elegido un sitio que dificultaba notablemente la operación, reduciendo sus posibilidades de éxito hasta el mínimo viable, para poder ser consideradas posibilidades, aunque, en cualquier caso, fueran posibilidades infinitesimales. 

Tal vez si yo hubiera prestado atención a la dirección a la que iba, cuando me la dieron o incluso, tan solo, cuando se la dije al taxista entrar a la comunión hubiera tenido alguna posibilidad y todo mi esfuerzo de mentalizacion habría podido servir para algo. 

Pero no, no fue así e incluso después de decirle al taxista que me llevara a “Guadalquivir 9, por favor. Creo que hay una parroquia o un colegio” , incluso durante gran parte del trayecto, yo seguía sin comprender que le había dado una dirección a tan solo dos manzanas de mi colegio de toda la vida, del edificio del colegio en el que estuve hasta los catorce años, una dirección que formaba parte de mi infancia, infancia que no había visitado, a la que no me había acercado desde hacia muchísimo tiempo.

Resulto que ademas apenas había trafico en esa mañana de sábado, lo que unido a mi habitual histerismo sobre no llegar tarde - el mismo histerismo que alguna vez me ha permitido coger el avión anterior al mío, o que ha permitido que no solo conozca bien algunos bares de aeropuerto si no que incluso a algunos camareros - hizo que llegáramos allí con tiempo mas que suficiente. Si a esto le añadimos que hacia una preciosa mañana de primavera, con un sol todavía suave pero agradable, que yo tenia gafas de sol, que de momento solo me había fumado el primer pitillo del día pues el paseo era inevitable y la necesidad de “hacer pellas” resultaba acuciante.

La única duda que quedaba por resolver era si serian unas pellas ligeras: a fumar un pitillo y recordar las cuestas en las me había estrellado con mi sancheski, muchas, pero esperaba que no tantas como para permitirme llegar casi nada mas empezar la ceremonia; si se trataría de una pellas avanzadas: acercarme a Garces a tomarme un bocadillo, una barra de pan con 50 gramos de embutido recién cortado (chorizo o salchichón que ni mi infancia ni ahora la crisis - la mía de salud - dan para ibéricos), y una coca-cola de litro, que esperaba ser todavía capaz de beberme de un solo trago a modo de entrenamiento para jugar al penúltimo con “litronas” cuando fuera menester, para después quedarme tranquilamente fumando, reviviendo conversaciones hasta estar de vuelta cuando ya estuvieran saliendo los últimos y unirme discretamente al grupo para poder aprovechar el transporte hasta el inevitable cocktail, o coctel; o si seria posible hacer unas pellas profesionales y marcharme a una sesión matinal de cine, dos películas musicales (probablemente Hair y The Last Waltz, en repeat) fumando y bebiendo hasta que interrumpieran la proyección porque el humo ya no deja ver la película, hasta que se acabara el tabaco o acuciara la necesidad de comer algo solido aunque casi seguro que para entonces ya me habría perdido todo el evento, coctel incluido, y me vería obligado a inventar una buena excusa para justificar mi ausencia.

Al final, obligado en gran medida por las circunstancias (Garces hace años que no existe y, seguramente, tampoco las sesiones matinales de musicales, seguramente hoy en día ni siquiera exista el cine Alfonso XIII) no me quedo mas remedio que quedarme fuera concentrado en mis pensamientos, fumando y haciendo un “walk down memory lane” (algo a medio camino de un “Take a walk on the walk side” y de un viaje “Down memory lane”) que se alargo mas de lo necesario y acabe perdiendome toda la ceremonia.

No fui el único. 

Casi todos mis conocidos llegaron casi una hora tarde, aduciendo excusas variadas y confusas. 

Ademas, debido a la duración de la ceremonia y a ser un barrio en el que existe el servicio municipal de la ORA, un elevado numero de espectadores tuvieron que salir a cambiar el ticket de su coche y ya que estaban fuera pues aprovecharon, algunos para fumar un pitillo, otros para buscar un bar (tarea difícil, que no imposible, en ese barrio residencial) o sencillamente, los mas en mi opinión, retirarse tranquilamente camino de otras ocupaciones.

Incluso hubo algunos que salieron con un motivo que explicaban a sus amigos pero que a mi, seguramente ignorante de lo que es un comportamiento social aceptable, me resulto sencillamente incomprensible: “no, nosotros hemos salido un momento que es que ya han empezado con la comunión” explicaban tranquilamente. Pero ¿no era eso a lo que habían ido, a ver la comunión?

En cualquier caso a mi me sorprendió mucho enterarme de que ahora es costumbre que los comulgantes porten un sayo, casulla o similar, sobre el vestido o traje, al parecer para evitar envidias entre los niños y entre las familias. 

Supongo que de esta manera duran libres de pecado, al menos el de la envidia, el tiempo que dura la ceremonia porque la verdad es que a la salida las criaturas habían abandonado el sayo e iban felices luciendo su vestido de cuasi novia, las chicas, o asqueados en gran medida por el traje de marinero, los chicos, y así empieza un circulo de pecado que a algunos les servirá para alejarse de la espiral de las drogas y a otros de antesala para la misma.

Aquí debería incluir un foto de la comulgante, la hija de Muñoz, también conocido como “Montaña” en algunas partes del estado de Nueva York aunque según me informa el recordatorio de la comunión parece que ahora se hace pasar por un tal Muñoz-Conde, pero sorprendentemente, en esta época de fotografía digital y popular, carezco de ella ya que había un fotógrafo designado para tomar las fotos por lo que yo no tome ninguna - vale, mi torpeza con el teléfono también pudo haber sido un factor, pero no determinante - y aun no he recibido ninguna de parte del orgulloso progenitor.

Ya, ya se que a falta de una foto de la comulgante lo suyo seria poner, aunque fuera, una foto de los asistentes, por ejemplo, o de cualquier otra comunión o comulgante, al fin y al cabo nadie se va a enterar. 

Si, también lo he intentado. Tenia pensada una de la comunión de mi hermana en la que, siguiendo una tradición familiar de difícil explicación  (que si eso, ya contare otro día) llevaba el crucifijo del revés aportando un toque punk al evento (mas interesante ahora que el punk se expone en el Metropolitan de NYC donde incluso han puesto una replica de los baños de CBGB. Eso si, sin meados. Creo). Desgraciadamente no ha sido posible localizarla en estos días pero seguro que todavía existe ya que ha sobrevivido sin problemas a un incendio y a varias mudanzas y no iba a perderse ahora. Si eso, ya la incluiré otro día.

Así que hoy toca un post sin foto. Superadlo y seguid leyendo, si os apetece, que yo sigo contando. 

Con la alegría, para los comulgantes, de estar, al menos temporalmente, libres de pecado y con mi alegría personal por haber sido confundido con parte del dispositivo de seguridad de la manchega, como Almodovar, ministra Cospedal (que afortunadamente no iba por el mismo comulgante; al parecer había quince ellos, lo que os comunico que, según mis informantes conocedores de estos temas, debe ser considerado como pocos) estábamos preparados para ir al ágape aunque para ello tuviéramos que superar el primer pecado capital ya cometido, el de la pereza.

Desde el punto de vista del ágape diré que permitía compaginar la gula con la pereza ya que consistía en un formato extraño como es el bufe autoservicio viendote periódicamente en la necesidad de decidir entre ambos. Algo parecido sucedía con la presencia de un duo de violines que lo amenizaba, manteniendote entre la envidia, por no saber tocar, y la ira, por tener que estar escuchandolos todo el rato. Lamentablemente no hubo, por lo menos para mi, estímulos para la lujuria ni oportunidad para ejercitar la avaricia - por ejemplo, arramblando con los antes preceptivos puros que ya no son bien vistos -  aunque seguro que todos, cada uno con su razón y a su manera, aprovechamos para dar rienda suelta a nuestra soberbia. Algunos por su felicidad conyugal, otros por su casi innumerable descendencia (siete hijos el que mas, cinco el segundo clasificado. Ahora solo les falta tener unos buenos trabajos para garantizar el futuro del sistema de pensiones); yo por la vanidad de sentirme el menos anciano de todos, pecando incluso de conocer al Dj que habían contratado para animar el evento y conectar con la juventud pre adolescente (no diré el nombre para conservar su anonimato y su imagen publica pero que conste que, dentro de las limitaciones consustanciales, Jose lo hizo bien).

Por si no lo sabéis y por añadir una nota cultural: hasta el el siglo VI, había un octavo pecado capital: la tristeza (lo quitaron de la lista por considerar que era una variación de la pereza). De este también fui, soy, culpable pero como ya no es capital no es importante y no me dispersare explicando las razones. Si eso, ya lo contare otro día.

En mi descargo, para no pecar de soberbia con el tema de la juventud, decidí marcharme nada mas tomarme una copa - vodka con soda, que desde que me han prohibido la tónica cada vez me gusta mas - y unirme al segundo grupo conocido que abandono el evento. Irme con el primero no encaja conmigo aunque pudiera justificarlo ya que no es fino ni delicado.

Tranquilamente, me marche paseando sin una idea clara de que hacer con el resto del día, averigüe que Alvaro y el Caamaño andaban tomando unas cervezas en el Irreale así que con una meta volante  a alcanzar dirigí mis pasos hacia allí. Ademas parecía una buena escala técnica en el paseo hasta mi casa ya que tras recorrer mas de seis kilómetros hasta un abstemio crónico consideraría plenamente justificada una parada para una cerveza. 

Obviamente, aunque con una cerveza haya quien piense en una cañita, estamos hablando de que me tome un par de pintas.

El Irreale (Ballesta 15, por si os apetece) es un bar muy agradable para disfrutar de unas cervecitas tranquilas si no hay nadie contando las virtudes de cada tipo de lúpulo y otros detalles que están convirtiendo el tomarse una cerveza en algo parecido a catar un vino, captando todo tipo de matices pero sin ni siquiera beberselo. 

Los tres nos reímos de bastantes cosas y aunque andaba pasando el mejor rato del día, me estaba viniendo arriba que se dice, así que cuando compraron el growler (para los menos culturetas un growler no es mas que una botella con cierre hermético, tipo casera antigua - idealmente de un poco menos de dos litros, 64 onzas americanas - que te rellenan de la cerveza de barril que mas te haya gustado, o de la que menos si te apetece, para llevarte a casa) para el aperitivo de la cena decidí que era el momento de otro paseo hasta la tranquilidad de mi terraza dando por concluido el día.

Tal vez la consecuencia mas negativa del día será que me han entrado ganas de "take a walk down memory lane" así que existe la posibilidad de que esos recuerdos afloren por aquí cualquier día de estos, o de los otros. Vamos, casi seguro.