lunes, 25 de noviembre de 2013

Autobuses

Ayer (bueno, un día del pasado cercano, que entre que empiezo a escribir y acabo cada entrada pasa bastante tiempo como podéis suponer por su extensión) estaba en el concierto de Squire charlando, realmente en el cambio de grupos (aunque yo soy de esas personas que pueden charlar durante los conciertos, lo justo, y que no tienen que estar como si anduvieran en misa esperando la indulgencia plenaria), cuando conocí a un lector de este blog.

Bueno no es que conociera a un lector, si no que un conocido - no diré su nombre para salvaguardar su intimidad y no empañar su buena imagen, que la tiene - me dijo que leía mi “blog de libros” lo que supuso una muy agradable sorpresa y otra no tan agradable, aunque comprensible. 

La muy agradable es evidente, no solo tengo un lector que no es familia o cuasi familia si no que puedo creer que le gusta lo que lee (ya que si no, para que molestarse en sacar el tema, digo yo) y la no tan agradable es que clasificara mis desvaríos como “un blog de libros” ya que no es esta mi intención, que yo poco se de ese tema y para eso ya esta mi hermano y especialmente su blog de la librería Fuenfria de Cercedilla (recordad visitarla si pasáis cerca) pero completamente comprensible ya que últimamente solo escribo de lo que he leído, abandonando mis reflexiones (u desvaríos, que algunos - malvados - prefieren denominarlos así ) y mis historietas de abuelo cebolleta.

Así que para corregir futuros malentendidos sobre este blog aquí va una reflexión, inquietud, desvarío o como queráis llamarlo.... sobre, ni mas ni menos y como indica el titulo los autobuses.

Para mi el autobús es un medio de transporte extraño que, aunque no me disgusta me resulta bastante ajeno y no por no haberlo usado ya que si he sido un usuario de autobús durante mucho tiempo. 

Tengo muy gratos recuerdos de “la ruta” que me llevaba al colegio y me devolvía a mi casa cuando era pequeño, recuerdos de ir jugando con los amigos y conocidos e incluso hoy seria capaz de recordar a los compañeros que la ruta recogía desde mi casa hasta el colegio (especialmente a las Munarriz, a las que era habitual tener que esperar y una de las cuales, no daré mas detalles, siempre llevaba un abrigo, incluso en pleno verano, creo que por pudor); también tengo gratos recuerdos de los años pre-adolescentes en los que ya no teníamos ruta e íbamos a casa en autobús, al principio después de haber estado varias horas jugando al fútbol en el patio del colegio, algo mas tarde después de haber estado bebiendo litros (de cocacola, se entiende) en Garces y merendando palmeras de chocolate en la pastelería de enfrente y finalmente tomando cañas en el bar de Arturo, en la Flor de Valdepeñas o en el Tambre (aunque para entonces ya era yo ciclista urbanoprefería conducir bajo la influencia que coger el autobús. En aquellos años las leyes eran las mismas pero aun no habíamos asumido la obligación de cumplirlas).

Es mas, durante años el autobús de Madrid a Santo Domingo era casi como el salón de mi casa, el sitio en el que tomar la penúltima cerveza por la noche o la primera de la tarde al bajar, fumando tranquilamente y recapitulando lo sucedido, o bien planeando lo que estaría por suceder. Grandes finales de noche, cantando a pleno pulmón, y tremendas resecas de tarde de domingo rogando por obtener un poco de silencio alrededor.

Si, la verdad es que igual decir que el autobús me resulta un medio de transporte ajeno no es muy realista. 

No, supongo que en realidad lo que me resulta es un medio de transporte infantil o, como mucho, adolescente y no me parece un medio de transporte serio, para personas adultas o aun peor, por ser de un clasismo de libro, me parece un medio de transporte de pobres, en su versión interurbana se entiende, que usarlo dentro de la ciudad es aceptable para todas las clases sociales y de hecho de mejor clase que el metro (vamos: proletario, se entiende).

Igual es simplemente una apreciación personal ya que de hecho hasta el otro día, cuando me surgió esta reflexión, nunca había cogido un autobús interurbano para ir a una reunión de trabajo. Ahora que recuerdo no era el primero ya que una vez tuve que coger uno para volver de una reunión de trabajo, pero eso fue porque un imbécil me llevo en coche hasta una reunión en Logroño, por aquello de no ir en dos coches, pero se le olvido comentar, o prevenir, que ya que era viernes y el tenia familia en Logroño pues pensaba quedarse allí todo el fin de semana. Solo lo comento al terminar la reunión, a media tarde, cuando llego la hora de volver a Madrid y con un lacónico “bueno, ya hablamos el lunes” pretendía dar el tema por zanjado e irse a ver a su familia de Logroño. Aclarare, para aquellos que creen que tengo mal carácter y para evitar responsabilidades penales y civiles, que, hasta donde yo se, aunque no he vuelto a verle, ni a tener noticias de el, no solo sigue vivo sino que conserva, o conservaba, la funcionalidad en casi todos sus miembros.

Pero puede que no sea una simple apreciación personal, si no generalizada, dejadme que os cuente. 

Durante varios años, unos cinco o seis, trabaje en una ingeniería importante y obviamente parte de mi trabajo requería viajar a distintas ciudades para reuniones y a veces incluso para trabajar, aunque no era lo mas habitual. En esta ingeniería había un departamento, realmente era un departamento compuesto exclusivamente por Domi, que se ocupaba de gestionar los viajes. Si tenias que hacer un viaje, y no te apetecía coger tu coche o no lo tenias, ibas a Domi y le contabas cuando necesitabas estar donde, cuanto tiempo necesitabas estar y cuando querías volver. Al cabo de un rato ella te llamaba y te contaba las opciones que tenias. Siempre te podía alquilar un coche, incluso si la reunión era importante, tu te sentías especial y gran directivo y te lo consentían te podía alquilar un coche con conductor. Alternativamente y si era posible te ofrecía volar, aunque fuera en un avión de hélice al aeropuerto de San Javier, que hacia el viaje mas largo que ir en coche y solo tenia sentido por aquello de presumir, y allí alquilar un coche. Incluso, de vez en cuando, aunque no frecuentemente, si no se lo pedías, te proponía, como alternativa, el tren, sobre todo si había AVE, pero nunca, absolutamente nunca te proponía la opción de ir en autobús. No, el autobús era un medio de transporte inexistente, impropio supongo.

En cualquier caso y hubieras elegido el medio de transporte que quisieras dentro de los posibles (coche, tren, avión o cualquier combinación) cuando llegabas a a reunión y te preguntaban - siempre es lo primero que pregunta la gente educada que sabe que has viajado para verles - ¿que tal el viaje? podías contestarles que bien, que habías venido en coche/tren/avión, que era un viaje agradable y corto - algo que siempre se debe añadir cuando vas a visitar a alguien si quieres ser educado y no hacerles sentir como si vivieran en medio de una estepa aislada - y tras algún breve comentario podías empezar la reunión sis mas detalles.

Sin embargo, basandome solo en mi experiencia del otro día, si contestas que has ido en autobús se sucederán las caras extrañas a tu alrededor junto con las miradas de “esta mas majara de lo que pensábamos. ¿Autobús? es increíble”. En serio, esta es la diferencia, una gran diferencia y la razón por la que creo que no soy solo yo el que no asocia el autobús a un viaje serio.

No, el autobús puede ser un medio de transporte, eso es innegable, pero no es un medio de transporte socialmente aceptado, salvo para viajes personales, viajar en autobús no es serio, no es adulto. 

Y la verdad, mi reflexión tras esta divagación, es que no acabo de entender bien por que: mi viaje  en autobús a Ponferrada fue agradable - todo lo agradable que puede ser algo que te obliga a salir de la cama a las seis y media de la mañana -  y llegue descansado y tranquilo. Bueno, la verdad es que solo la ida, que la hice en un autobús “supra”, con menos plazas y menos paradas, estuvo bien; la vuelta, en un autobús normal, realmente fue desesperante y casi eterna con todas sus paradas, mas aun cuando te das cuenta que los autobuses que van al norte, puede que incluso todos, salen y vuelven a la estación sur lo que te obliga a cruzar todo Madrid, por supuesto en hora punta, ya que siempre es hora punta, añadiendo una media hora final al viaje totalmente innecesaria y muy molesta cuando ves que casi estas en tu casa pero aun te queda llegar a la estación sur y volver.

Pero este tema de los autobuses no solo da para esta reflexión si no que me permite contaros mi “gran aventura” en autobús... para lo que...

... volvamos atrás en el tiempo, hasta 1.980... 

...ese año Springsteen saca The River, un disco doble del cual ahora mismo estoy escuchando el primer disco. Sencillamente una obra maestra y me da igual lo que digáis, me da igual que digáis que Springsteen esta sobrevalorado, incluso puede que a día de hoy coincida con esta apreciación, pero de ninguna manera en 1.980; me da igual que me digáis que The River no puede compararse con la intensidad y eficiencia del Darkness o con la precisión y limpieza del Born to Run, posiblemente este de acuerdo con digáis estas cosas y acepto que ambos discos tambien son obras maestras, incluso que en ellos hay canciones mejores que en The River (también las hay en Greetings y en The Wild...  pero The River es una obra maestra y ademas, en aquel momento, era un disco nuevo, un disco que esperábamos y oíamos en la radio antes de que lo editaran. sencillamente era nuestra primera obra maestra, la primera obra maestra indiscutible, santificada. 

No, no estoy diciendo que fuera realmente la primera obra maestra de esos años. No, hay otras que todos conocemos, aunque casi todo el mundo los ignorara en su día, que han conseguido llegar a tener ese estatus, pero este era la primera que lo era directamente, sin necesidad de esperar el paso del tiempo y la aprobación que el mismo da. 

Así de fácil, eso era The River: nuestra primera obra maestra directa, la primera que alcanzaba directamente esta categoría y que se editaba con nosotros como oyentes principales, la primera que no venia de nuestros hermanos mayores, ni siquiera de nuestros mayores que sabían de música (inexistentes en mi familia, no así en la de Jacobo) y a los que por ser excesivamente pop (en el disco hay una canción copiada de una de ABBA, según declaraciones del propio Springsteen) les parecía que no estaba a la altura de lo que esperaban de el Boss, así le llamaban ellos y todos los locutores de telediario unos años después.

Siendo The River un disco imprescindible por si mismo, encima marcaba la vuelta de Springsteen, del Springsteen de verdad, del Springsteen en directo. 

Si, a partir de aquel momento existía la posibilidad, infinitamente remota todo sea dicho pero posibilidad de ver a Springsteen en directo, aunque para ello tuviéramos que hacernos mayores y viajar a New Jersey, algo que dicho sea de paso parecía un plan genial y que cumplía la premisa básica de todo buen plan: ser prácticamente irrealizable.

En aquel momento la posibilidad de que Springsteen viniera a tocar a España para que nosotros pudiéramos disfrutar de un concierto memorable era todavía mas irreal que la de ir hasta New Jersey (si íbamos a verle, debía ser en New Jersey). 

Como no éramos unos insensatos éramos conscientes de que seria un plan que llevaría tiempo, un plan que deberíamos guardar en reserva para cuando las circunstancias permitieran realizarlo y ademas de momento había planes mas acuciantes que requerían toda nuestra capacidad logística y creativa, el primero de los cuales, casi con toda seguridad, era conseguir otras cervezas.

Con el plan en reserva, tras haber consumido en cervezas el equivalente a una, o varias, cosecha completa del todo el cereal de la estepa soviética, llegamos hasta 1.985 cuando Springsteen decide hacer una gira europea, para presentar el Born in the USA.

Si, esta vez, al menos eso dicen, confirman, todos los rumores, esta vez habrá gira europa. Mira tu, al final ha sido él el que no ha podido esperar nuestra visita a New Jersey y ha decidido venir a tocar a España, por que sabe que nos lo merecemos y que tiene necesidad de tocar para nosotros. 

Si, Springsteen planea una gira europea pero... no tocara en España. Aunque no será él el que diga aquello de “por debajo de las Pirineos ya es Africa y yo no toco en Africa”, el tampoco esta convencido de querer visitar Africa. 

Obviamente esto es una decepción total, es algo inaceptable, no puede ser posible que Springsteen vaya a venir a Europa, aquí al lado como quien dice, pero que no venga a España. 

Inaceptable perderse un concierto como puede ser este, un concierto que uno no puede perderse, un concierto que durara entre tres y cinco horas - aunque las malas lenguas digan que ya no aguanta y que ha de hacer un intermedio para que puedan darle oxigeno en el backstage - en el que tocara toda su discográfia, un concierto en el que estará toda la E-Street Band: Steve van Zandt, Clarence Clemons, Danny Federici, Roy Bittan, Gary Tallent y Max Weinberg (si, aun me se todos los nombres sin necesidad de mirarlos, añadiría a David Sancious pero hace mucho que ya no esta) e incluso se rumorea que puede que toque Nils Lofgreen, lujo añadido al lujo.

¿Como puede ser el mundo, la vida tan injusta?, ¿como puede pasar algo así?

Hay que organizarse, buscar el sitio mas próximo en el que toque, sacarse el carnet de conducir, mendigar un coche, mentir para poder abandonar el país, robar si fuera necesario... hay que buscar una solución. 

Si,, si hay que conducir “five hundred miles, and five hundred more” (que cantaban, o proclamaban, los Proclaimers) para verlo, habrá que hacer  Así que a seguir los rumores y a estudiar el plan de gira para buscar una alternativa, pero... antes hay que sacarse el carnet de conducir. Esto parece urgente. Hay tiempo, pero no tanto, la gira empieza en Junio y estamos en Febrero.

Dicho y hecho: lo que no había aplazado durante mas de un año - aprender a conducir - tenia ahora una urgencia vital, llegaba la edad de dejar de ser ciclista urbano o cuando menos había que compatibilidad la bicicleta con la conducción temeraria en vehículos motorizados.

Pues nada, dicho y hecho. A la academia a realizar los tests a toda velocidad - bueno, a la velocidad adecuada y por la derecha - a subirse a un coche y aprender, a liar a mi padre para que me enseñe, no hay tiempo para ir solo a clases semanales, lo que significa pasar los fines de semana en el aparcamiento de Caminos dando vueltas, acelerando, frenando, intentando no estrellar el Talbot Solara de mi padre contra nada y sobretodo evitando provocarle otro infarto ya que eso podría complicar las cosas y no había tiempo para estar visitando en la UVI o para mas operaciones.

Primer intento en el teórico: suspenso. Gran fracaso pero no pasa nada mas tests, dadme mas tests esto es la guerra. Si voy a ser Ingeniero de Caminos - algo que todavía estaba por ver - creo que debería ser capaz de aprobar el teórico ¿no?. 

Segundo intento con el teórico: aprobado, por la mínima - con los fallos máximos admisibles - pero aprobado.

Se confirman las fechas de la gira europea: la mas cercana es en Francia, en Montpellier, el domingo 23 de Junio.

“Deprisa, deprisa” a la prueba practica, a conseguir el carnet de conducir. A los videojuegos a aprender y practicar, lo que sea necesario, si hay que perder en el juego de atropellar zombies esquivandolos cual peatones, o si hay que perder en las carreras por mantener la velocidad adecuada al tipo de vía... habrá que hacerlo. 

Primer intento de prueba practica aprobado. Es 27 de marzo. Ya tenemos carnet, ya estamos un paso mas cerca de conseguirlo, ahora solo nos falta conseguir un coche, el dinero necesario y los necesarios permisos. 

El dinero no es un problema grave, siempre podemos ahorrar o pedirlo anticipado a nuestros padres, renunciar a los regalos de cumpleaños y navidad durante todo el año, vender parcelas del retiro o incluso la estatua del ángel caído a turistas japoneses, se hace lo que haga falta, el fin justifica los medios que defienden los nazis; los permisos tampoco plantean problema ya que es casi verano y aunque el concierto sea el domingo, lo que nos obligara a quedarnos el lunes, no perderemos nada especial; el coche tampoco parece un problema grave estoy seguro de que podré convencer a mi padre o si no convenceremos a Juan o algún amigo mayor con coche que nos lo preste esperando que no se una a la excursión, no apetece nada aguantar a alguien en un viaje como este.

Las cosas están de cara, lo vamos a conseguir, por cierto que hablo en plural ya que obviamente era un plan de ambos, de Jacobo y mío. En aquella época un simple concierto, cualquier plan realmente, siempre nos incluía a ambos, mucho mas una aventura épica como iba a ser esta.

Veremos a Springsteen en directo, aunque sea rodeado de franceses. Ya nada podía salir mal, Montpellier ya estamos de camino, pon unas cervezas a refrescar.

¿nada? Bueno, si algo he aprendido de la vida es que cuando nada puede salir mal es justo cuando las cosas se tuercen, se tuercen irreversiblemente y salen mal.

Esta vez tampoco fue una excepción a esta sabia regla y las cosas se torcieron en todos los frentes. 

Por mi parte y pese a tener ya carnet de conducir me encontré con la negativa absoluta de mi padre para dejarme viajar conduciendo hasta que el no me hubiera dado “su carnet”, que seguramente tardaría un mínimo de tres meses de conducir yo solo y luego con el de copiloto, el no se fiaba de que yo supiera conducir solo porque tuviera un carnet; menuda tontería eso del carnet. 

Por parte de Jacobo también se torcieron las cosas y acumulo tantos suspensos , creo que entonces estudiaba algo de dirección de empresas, que sus padres se negaron a que pudiera abandonar la comunidad de Madrid, así que olvidate de Francia, en todo el verano.

El abandono forzado de Jacobo, unido a la negativa de dejarme conducir de mi padre, hacían el viaje imposible y absolutamente innecesarios y estúpidos mis esfuerzos para conseguir el carnet de conducir aunque nuestra calidad de vida, nuestra movilidad, mejorara notablemente con el carnet por lo que tampoco fue un esfuerzo valdio. 

Yo tenia la posibilidad de ir, o al menos la posibilidad de ir de alguna forma, pero tendría que ser sin Jacobo y no conduciendo. Era una decisión difícil: no ver a Springsteen o verlo sin Jacobo. 

Al final, tras largas reflexiones en torno a grandes cantidades de cerveza decidimos que si, que tenia que ir, que era una tontería que nos quedáramos los dos sin ver el concierto. Necesitábamos, bueno ahora solo lo necesitaba yo, un plan alternativo al de ir conduciendo hasta Francia.

A la mierda un plan que casi estaba definido.

Afortunadamente yo no era, ni de lejos, la única persona de Madrid que quería/tenia que ir a Montpellier a ver a Springsteen. No, al parecer éramos bastantes e incluso los demás estaban organizados: no solo habían contratado unos autobuses para ir y volver si no que incluso - que tíos mas preparados - habían contemplado la necesidad de conseguir las entradas con tiempo y ofrecían un pack de autobús con entrada a un precio asequible, bueno al menos asequible para mi, si renunciaba a todos mis regalos de ese año y a parte de mi paga semanal durante varios meses. 

Así lo hice y el 23 de junio a una hora intempestiva de la madrugada me subí  a un autobús con destino a Montpellier, al concierto y de vuelta a casa en cuanto acabara. 

Supongo que hoy en día podría aportar fotos u otros documentos que respaldaran esta historia, al menos la parte del concierto, pero como entonces no había teléfonos inteligentes no cámaras digitales y revelar fotos costaba un dinero que no tenia, os tendréis que conformar con ver la entrada del concierto (poca prueba de la historia, pero es lo que hay). 


Un viaje de ida interesante, encerrado en un autobús con auténticos fans y viendo sin pausa vídeos de conciertos de Springsteen; un concierto inolvidable y el primero al que asistía con descanso (si, puede que lo del oxigeno fuera cierto); y un retorno de pesadilla ya que obviamente yo no había pensado que tuviera que alimentarme y el poco dinero que tenia estuvo dedicado exclusivamente a adquirir cervezas. 

Una experiencia difícil de olvidar, aunque habría sido mucho mejor con Jacobo y mucho mejor en New Jersey, durante años podría recitar el set-list de aquel concierto sin ningún problema, un concierto que incluyo mas de lo que yo esperaba y de lo que casi cualquiera pudiera desear ya que sonaron todas las grandes canciones, muchas de las mas normales, e incluso alguna de las peores, pero todas ellas con la fuerza del directo de un genio acompañado por muchos genios. Pero, si eso, ya lo cuento otro día que el tema de hoy eran los autobuses.


Solo os diré, igual reflexiono sobre ello otro día, que pese a que he visto muchos conciertos son pocos, casi ninguno realmente, en que han hecho alguna versión de Springsteen y menos del Springsteen de The River, de ese que incluso sonaba pop (recordad que copiaba a ABBA) y por el que viaje en autobús hasta Francia. 

Pocos,  ya digo, pero casualmente el otro día los Dahlmanns - grupo del que se cuenta entre mis favoritos, como grupo y como personas, y del que ya os contare - en el ya tradicional concierto de mi cumpleaños, casualmente y sin saber nada de esto, hicieron una versión del “I got a crush on you” cerrando el circulo de Springsteen con Escandinavia y emocionandome como hacia mucho. Igual hasta consigo subirla...


Ya veis, puede que los autobuses no sean un medio serio de transporte pero, al menos a mi, me han servido bien y puede que les tenga cariño. Eso si creo que los seguiré evitando en la medida de lo posible.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Comentario de textos - Septiembre Octubre 2013


El hombre tranquilo - Maurice Walsh
Cuerpos de desecho - Elisabetta Bucciarelli
Travesti - John Hawkes
The future is japanese - (Editor)
Troubled daughters, twisted wives - Sarah Weinman (Editor)
The fear institute. Johannes Cabal - Jonathan L. Howard

¿preocupados? 
¿preocupados por mi desaparición? 

Una desaparición que  no ha sido solo de no escribir cosas nuevas si no que ha alcanzado incluso a mi “obligación” periódica de comentar los libros que he leído. Si, no os he contado ninguna historia nueva, ni ninguna disquisición mental, ni siquiera que es lo que he leído en casi dos meses. Es mucho tiempo, lo se, lo se e igual alguno pensaba que he vuelto a tener problemas de salud, que mi cabeza a vuelto a estallar o algo parecido. Pues no, nada mas lejos de la realidad. 

Afortunadamente mi principal foco de tensión personal - mi abuela -  ha sido eliminado (no, no, no quiero decir que mi abuela haya sido eliminada; si esto hubiera sucedido seguramente os hubierais enterado de la fiesta) gracias a la colaboración de mis queridos seres queridos que me mantienen alejado de ella y me liberan de esta tensión; incluso los focos de tensión secundarios - a.k.a. trabajo y sus entregas - también han sido eliminados, estos gracias, básicamente, al estado general de la economía y a que últimamente me vuelto un “vago redomado”.

Tampoco es que haya estado especialmente ocupado leyendo, como ya habréis adivinado por la escasa lista para dos meses de lecturas, ni con alguna otra actividad especialmente interesante, aunque si que ha habido cosas muy interesantes como el aniversario del Wurlitzer, la apertura del Wharf, un viaje de trabajo a Chicago y de vacaciones a NYC, e incluso mi cumpleaños con su fiesta y todo (salvo Suzanne, pero así es la vida princesa).

Supongo que de hecho todo esto deberían haber sido motivos para que hubiera escrito mas, al fin y al cabo han sucedido cosas divertidas que incluso pueden ser contadas pero la verdad es que me cuesta escribir sobre cosas que acaban de suceder, cosas que todavía no se han asentado en mi inexistente memoria, cosas de las que no tengo el distanciamiento suficiente para contar y que algunos participantes - los mal llamados personajes secundarios, si yo soy el mal llamado protagonista - pueden considerar impropias e incluso mal interpretar, o interpretar bien que podría ser incluso peor.

Vamos, que no hay ninguna excusa, mi medica, ni laboral, ni personal para no haber escrito nada en este tiempo así como tampoco la hay para lo poco que he leído últimamente.

Bueno, para esto ultimo - a riego de ser claramente mal interpretado - no hay excusa pero si puedo buscar un culpable y “lavarme las manos” para sentirme yo inocente. 

Así que empecemos por identificar al culpable, que obviamente no puede ser otro que mi hermano mayor (recordar: los hermanos mayores siempre son los culpables de todo lo que hacemos los menores. Esto es una verdad científica y un imperativo moral por mucho que los hermanos mayores o los hijos únicos no sean capaces de aceptarla).

Aunque, por ser un imperativo moral, no es necesario aportar ninguna prueba de la culpabilidad de Rafa en este asunto, ni en ningún otro, ni tan siquiera en aquel sucedido que (no) traumatizo a mi hermana pequeña cuando Rafa jugando la colgó de la ventana de la cocina de Nicasio Gallego y fue descubierto por mi padre, que a voz en grito declaro “Yo no soy un gritón, pero...”. No, ni siquiera en ese caso, en el que los testigos podrían haberle exonerado, se necesitan pruebas ya que, como bien sabe Helena, todo fue culpa de mi hermano mayor, de Rafa. Pero divago, si eso, ya os lo cuento otro día.

El caso, la prueba de culpa, es que, como ya os comente, en Septiembre pensaba abastecerme de libros en la librería Fuenfria de Cercedilla, con la selección y colaboración de Rafa, aprovechando que normalmente entre Septiembre y Enero abandono mi librería de referencia (Librería Mendez, en la calle mayor) y me abastezco de mis compras en mis librerías de referencia de NYC (si, así soy yo. No solo tengo librería de referencia en Madrid si no que también en NYC, y no solo librería si no restaurantes, tiendas y bares. Uno, que es así de pretencioso).

Así que nada mas empezar Septiembre hicimos -Alvaro, Helena, Alicia y yo - un viaje hasta la lejana e inalcanzable, para urbanistas como nosotros que no para vosotros que debéis ir periódicamente, Cercedilla. La intención, ademas de abastecerme de libros, era  cumplir con nuestro deseo de conocer/cotillear la librería que aun no habíamos visto (reformada y operativa, que si que la habíamos visto “en bruto”). Este es el aspecto general de la misma, para los que aun tengáis pendiente la visita:


Mi impresión ese día, hace ya casi dos meses, es que andaba un poco corta de novelas y tenia algunos libros que realmente daban miedo, unos por intensos y otros... bueno, otros simplemente por su aspecto general. Estoy seguro de que ahora esta muchísimo mejor abastecida y mucho mejor seleccionado todo; los principios siempre son lentos y si uno es lento de natural pues los principios lo son un poco mas.

Como yo soy básicamente lector de novela - el ensayo, el teatro y otras zarandajas no me interesan especialmente - me costo un poco encontrar algo verdaderamente interesante que llevarme pero como ya no tenia lecturas - ademas de que siempre hay que apoyar a los culpables, a los inocentes ya los apoya Dios - pues me decidí por El hombre tranquilo.

Si, el hombre tranquilo es la novela en la que  esta basada la película, una de esas películas que forman parte de nuestra memoria colectiva y de la que recordamos escenas y diálogos enteros. Si la película es excelente (esto nadie lo negara), si habitualmente los libros son mejores que las películas en las que están basados (salvo honrosas excepciones) pues el libro tenia que ser estupendo, una apuesta segura y un gran descubrimiento. Hasta aquí la teoría, la practica seria otra cosa.

No seria razonable decir que hay que tener mucha imaginación para considerar que la película esta basada en esta novela cuando el autor le puso un pleito a John Ford por copiarle la novela y no pagarle lo suficiente y la gano. Ni seria razonable decir que la novela no se parece a la película porque los personajes principales de esta son una mezcla de algunos personas secundarios del libro y que algunos personajes principales de la película apenas si aparecen en el libro, al fin y al cabo esto pasa en muchas adaptaciones, de hecho es probablemente la causa de que los libros sean, generalmente, mejor que las películas.  

No, seré razonable y no diré esas cosas pero, en serio, alguien puede imaginar al John Wayne con esta descripción:  “le llamábamos el hombre tranquilo: mas bien pequeño, con el habito de encorvar un hombro y la mirada fija del luchador bajo unas cejas marcadas”, venga ya, seamos serios. Tampoco diré que la palabra “homérico” no aparece en ninguna parte del libro y que prácticamente ninguna de las escenas míticas de la película esta recogida en el libro. Si os contare, como curiosidad, que cuando era pequeño y cinefilo oía muchos comentarios sobre la película que se referían a lo poco reflejado que estaba el IRA en la película, discusiones sobre que secundarios eran del IRA y cuales no, como habían tergiversado la participación del IRA en la vida cotidiana irlandesa, y, bueno, no entendía nada, ni idea de que tenia que ver el IRA con la película, que demonios pintaba el IRA en una historia de amor. Bueno, pues la verdad es que si, que el IRA sale mucho mas en el libro y se identifican las relaciones de distintos personajes con el y con la vida cotidiana. Supongo que esto quiere decir que ni siquiera cuando era cinefilo era un gran cinefilo ya que no sabia estas cosas, ahora las se pero ya no me apetece ser cinefilo, aunque en este caso me quedo, claramente, con la película y no con el libro.

Como yo no veía nada especialmente interesante ese día entre las novelas le pedí a Rafa que me aconsejara - como debe de hacer un librero de confianza, que no de referencia) algo que tiene cierto riesgo pero que como todas las empresas arriesgadas puede dar buenos rendimientos o dejarte en la ruina total. Travesti fue su primera recomendación, una novela corta o un cuento largo que sucede en el interior de un coche en el que viajan un padre, una hija y el mejor amigo del padre a la sazón amante de su mujer (o de su hija, ya no me acuerdo, ni importa) y cuyo único objetivo, el del padre que es el que conduce, es estrellarse  y matarse, matando a todos los ocupantes.

Ya, si, lo mismo pienso yo: vaya truño; ni de coña me pillan a mi leyendo esto ni tan siquiera viendo una película con esta base que seguramente adaptara algún hipster cualquier día de estos. Pero, en fin, a veces (bastantes) Rafa me ha recomendado cosas que tenían un aspecto horrible y que luego no solo no han resultado malas si no incluso interesantes así que se merece un voto de confianza. No es el caso. Es un autentico truño que ni siquiera un barbudo hipster como yo puede leer sin acritud, sin acritud hacia al autor, hacia la editorial, hacia el traductor, en fin un libro que produce acritud. Un truño insoportable que según el traductor no es una novela sino “una poética disfrazada”, ahí queda eso. 

En fin, que ni cinefilo ni hipster intelectual, al final voy a tener que afeitarme y quitarme el disfraz.

La verdad es que como hacer un viaje hasta Cercedilla para solo dos libros me parecía injustificado me decidí, sin especial criterio, a coger un tercero que tenia una portada elegante (la mía tiene unos dibujitos debajo de esta banda tan chunga) y que no parecía estar mal: Cuerpos de desecho. Es cierto que tampoco parecía estar bien y que tenia aspecto de ser un poco pedante o incluso un poco concienciado, algo incluso peor; pero ya digo, en mi descargo, que lo elegí por completar un numero mínimo que justificara el viaje. Que os puedo decir, que como todas las causas que se emprenden por un motivo equivocado (el único motivo no equivocado para comparte un libro es que te apetezca) resulto un fracaso. La historia es una mierdecilla que podría firmar Disney, los personajes no tienen ninguna entidad ni credibilidad, y la moraleja, si es que la tiene... me la he perdido.



Seleccionados los libros fue necesario conseguir que el librero nos los cobrara algo que, puesto que se empeño en aplicar un descuento a través de su sistema informático, le llevo un tiempo que podríamos clasificar de excesivo y con una concentración que podríamos clasificar de enigmática como prueba esta foto.


La verdad es que con estas lecturas no parecía posible aguantar el mes de Septiembre sin tener que acudir a reabastecerme a Cercedilla  y menos aguantaría hasta primeros de Octubre cuando ya tenia pensado marcharme a Chicago y abastecerme suficientemente para todo el invierno y, si había suerte, para los inicios de la primavera.

No parecía posible conseguirlo sin racionarme pero el caso es que lo conseguí, probablemente por que los libros malos son mas difíciles de leer que los libros buenos y la verdad es que no había tenido suerte en mis elecciones y también porque ya puestos y empezada en verano la Silva de varia lección todavía tenia esta re lectura en marcha y la verdad es que es algo que da para mucho tiempo.

Así llego el momento de coger el avión, sin ningún libro en la maleta ni en la bolsa de viaje, y marcharme primero a Chicago a una feria  de temas de agua y luego a NYC a descansar (de la feria y de todo un poco) y por supuesto a visitar mis librerías,  que salvo Partners & Crime, que cerro el año pasado, siguen existiendo, gozan de buena salud y me siguen encantando: Kinokinuya, una librería-papelería japonesa realmente fascinante; McNally una preciosa librería generalista con cafe y cuarto de baño; StMarks una librería de enrollados y contracultura en la que casi nunca encuentro nada que me interese, ya que a mi lo de la contracultura y los enrrolados pues como que no, pero donde siempre compro e incluso la encantadora gran superficie de los Barnes & Noble tan americanos como la tarta de limón que resultan ideales para hacer fondo de armario. Pero, si eso, ya os lo cuento otro día.

Compre bastante, aunque notablemente menos que otros años, digamos que una media maleta solamente que ya iremos comentando.

Cuando andas de vacaciones en una ciudad que te apetece visitar, es decir que no estas de vacaciones de esas de estar tirado en cualquier punto y sin hacer nada, la mejor lectura la constituyen los cuentos (o los tebeos, perdón: los cómics) así que empece por leer The Future is japanese que es una antología de cuentos de ciencia ficción de autores japoneses o cuya acción se sitúa en Japón. La verdad es que Japón es mi debilidad, creo que es el único sitio exótico del mundo (sin conocerlo, cosa que solucionare cualquier día de estos) y que el cerebro japonés - sus costumbres, su enfoque de la vida, su forma de internalizar tradiciones y cultura basura - es algo verdaderamente incomprensible; sus escritores me fascinan, no solo el laureado y traducido Oe sino los  Miyabe, Kirino, Higashino, Hayashi, Kitano y Murakami (Ryu, que no el pesado del otro Murakami) y no comprendo como son tan poco traducidos pero bueno ya les llegara al turno igual que a los escandinavos les ha llegado. The future is japanese incluye 13 cuentos y como todas las colecciones pues hay un poco de todo pero en general es altamente recomendable, sorprendente,, futurista y japonés.

Troubled daughters, tiwsted wives es otra recopilación de cuentos, pero esta vez de cuentos de novela negra escritos por mujeres y en los que las mujeres no son las víctimas ni observadores si no que en muchos casos tienen el papel protagonista del asesino o del malo de la historia. Es evidente que es una recopilación que aprovecha el gran éxito de Perdida de Flynn, una de las grandes sorpresas editoriales del año pasado aunque ya apuntaba maneras en sus dos libros anteriores. No solo aprovecha el éxito de Flynnn sino que también se suma a la moda de las portadas de serie-B que parecen ser la tendencia editorial del año. Decir, por estas cosas, que es un libro coyuntural seria un poco simple y le haría flaco favor el clasificarlo como tal. Si, evidentemente es un libro oportunista pero las catorce historias que contiene son varían entre buenas y muy buenas y pese a lo que podría ser una limitación excesiva en el planteamiento (libros sobre mujeres malvadas escritos por mujeres) las notas y presentaciones - muy cuidadas - de cada una de las historias hace sospechar que no es un tema tan limitado y te hace reflexionar sobre la cantidad de escritoras que no conoces (yo solo he reconocido el evidente nombre de Patricia Highsmith entre las autoras. Una de catorce, no es un exito, no).

Leer cuentos esta bien, incluso muy bien pero la verdad es que tenia muchas ganas de empezar The Fear Institute, el tercer libro con el necromante Cabal como protagonista. Del segundo, The detective, ya os he comentado que me encanto y mi plan - no totalmente registrado o recordado ya que mi memoria es como es - era comprarme el primero para ver si era igual de bueno y divertido pero... este tercero se cruzo en mi camino y no pude resistir la tentación. Sin embargo, todo lo que me gusto en el primero que leí no esta en este. Si, el personaje es el mismo pero le falta toda la gracia, todas las cosas que habían brillante al otro; si, la historia también tiene su punto pero a la vez intenta complicarla demasiado en algunas partes perdiendo toda la gracia. No me mal interpretéis: no es mal libro, pero no llega a la altura de lo que yo esperaba (que era mucho, casi a la altura de Goldman). Dicho esto y teniendo en cuenta el empate a puntos entre los dos libros creo que tengo que hacerme con el primero para confirmar si realmente empiezo a considerar a Howard un buen autor, un autor del que merece la pena comprar casi a ciegas, o si las bondades del que me gusto son una excepción y no debo añadirlo a mi lista de autores excelentes.

Es costumbre en muchos libros incluir una parte de agradecimientos al final e incluso en los ingleses y americanos se suele agradecer, ademas de a los seres queridos, a la gente que ha ayudado en al autor a documentarse sobre un tema en concreto. También es costumbre decir en los agradecimientos cosas como que “los posibles errores cometidos” son culpa exclusiva del autor y no de los agradecidos. A mi me gustaría hacer algo parecido, para no ser mal interpretado, y confesar que los errores en los libros leídos esta temporada (especialmente los escogidos en Cercedilla) son mi responsabilidad exclusiva y que debéis visitar la librería Fuenfria de Cercedilla y dejaros aconsejar por el “librero tarambana” que creo que es como ahora le gusta que le llamen a mi hermano Rafa. 

Yo volveré a visitarle, en cuanto pasen los fríos o acabe con las existencias americanas, lo que suceda antes, o después, y por supuesto volveré a culpabilizarle de cualquier selección  inadecuada que realice.