martes, 9 de diciembre de 2014

Comentario de textos - Noviembre 2.014

Parade – Shuichi Yoshida
The Big Crowd – Kevin Baker
Mi educacion – Susan Choi
The Rage – Gene Kerrigan
Borderline – Lawrence Block
The Brother’s Cabal – Jonathan L. Howard

La verdad es que disponer de un stock de libros de reserva proporciona mucha tranquilidad espiritual y soluciona mucho – totalmente, diría –los dilemas de horarios o de elección de librería que visitar. Aunque podríamos decir que te aleja de las novedades (que en general tampoco me importan tanto) e inquieta, o inquietaba, a mis libreros de referencia (ya no les inquieta porque hace un par de años, tras varios meses de no visitarlos y a una preocupada pregunta suya ya les comente esta situación y ahora no les sorprende).

Gracias a la maleta de libros recopilada en NYC ahora disfruta de esta tranquilidad espiritual, en la que puedo escoger lo que leo del montón situado en mi salón. Una situación envidiable, que seguramente durara hasta finales de enero ya que aún quedan suficientes libros en esa pila, e incluso alguno de la última compra a domicilio procedente de la librería Fuenfria de Cercedilla (innecesario recordar que es esta debe de ser vuestra librería favorita. Si no lo es ya, mal vamos).

“after the first dead there is no other” es una frase que en distintas variaciones hemos oído / leído en muchísimas novelas de asesinos o de guerra. Al parecer la primera vez que matas es difícil pero luego uno, como que se habitúa a ello y se convierte en algo mucho menos preocupante (eso dicen, yo no puedo ni corroborarlo ni desmentirlo. Sin embargo en uno de los cuentos que completan Borderline la frase se utiliza en otro sentido completamente distinto con el que, lamentablemente, si que me encuentro familiarizado: “When one dead affects you completely, then the deaths that comes after it don’t have their full effect.”. Creo que todos tenemos una muerte de este tipo en nuestras vidas (ojala me equivoque y todavía no la hayáis tenido). Una muerte que hace que todas las demás, por importantes que sean, no nos lleguen a afectar como esta, una muerte que cambia nuestra concepción del dolor, de la perdida, una muerte que, sencillamente, cambia el rumbo de nuestras vidas, que nos afecta completamente. Yo la tuve, la tengo, pero no os la contare hoy ya que, como parece saber todo el mundo, aquí, hoy, hemos “venido a hablar de libros”. ¿Qué tengo que decir sobre Borderline y los cuentos  que la acompañan? Pues que hace justicia, plenamente, a su portada Pulp (he de reconocer que me gusta mucho esta colección: su selección y su edición; no sé porque aquí (en esta España mía, esta España nuestra) no se editan cosas tan bonitas), las historias de los personajes – tópicas donde las haya – están muy bien, con su ración de sexo, y crimen. Ya digo, Pulp en estado casi puro (bueno, lo que yo imagino como tal género que puede que no lo sea; al fin y al cabo que sabré yo de esto).

The Big Crowd es, según la contraportada, una novela sobre dos hermanos emigrantes a estados unidos, uno de los cuales asciende en la escala social desde su trabajo en los muelles hasta alcalde de Nueva York; mientras que el otro, que emigra después, empieza a descubrir sus trapos sucios. ¿no me digáis que no parece prometedora? ¿Corrupción, corrupción en NYC?  Obviamente, todos nos imaginamos el crecimiento de la mafia de estibadores, de servicios urbanos… uhhhmmm, prometedora… encima, rencillas entre hermanos, algo que, salvo para los hijos únicos, siempre le proporciona un valor añadido. Si, así es la vida e incluso los mitos…. después de la pareja inicial vienen los problemas entre hermanos, ya sabéis Caín y Abel, Thor y Loki… en fin, un clásico. Sin deciros que sea mala, os diré dos cosas: que es una de las causas principales de que haya leído poco este mes, de lo mucho que me ha costado leerla, y eso que no he conseguido acabármela (la he dejado de leer cuando ya solo quedaban ochenta páginas, vamos casi acabada pero… la vida es corta para esto). Curiosamente ahora (al buscar las portadas en internet) me doy cuenta de que ya había leído otro libro de este autor (Dreamland, sobre Coney Island) y me había pasado lo mismo, "mardita memoria".

Tan cansado me había dejado la novela anterior que decidí volver a leer en español, por si acaso parte de mi cansancio era por leer en inglés, y de los dos que estaban todavía en mi montón, me decidí por Mi educación, libro que me había suministrado Rafa desde la librería Fuenfría de Cercedilla (si, esa misma, ya sabéis: vuestra librería favorita).El libro empieza bien, con una alumna que llega a clase de un profesor de literatura que tiene fama de ser “casi el diablo”. Bueno, no es un mal principio, es un principio con posibilidades; pero… si, a veces hay un pero. Pero la novela se convierte en una historia de amor (lesbiano para más señas) que la verdad es que no lleva a ninguna parte interesante, por lo menos en las 280 páginas que yo he leído. Es verdad que esta novela tampoco la he acabado y puede que luego mejore. Lo dudo pero es posible, tal vez, si eso ya me lo contáis.


Tras estas dos decepciones, pues era hora de volver a territorio conocido –no mucho, por aquello de mi memoria – así que me decidí por darle una oportunidad a The Rage porque había leído otra novela del autor y mi había parecido sumamente correcta, o tal vez incluso excelente. Esta tan bien es una buena novela, una novela clásica en la Irlanda actual y urbana, con sus personajes de bajos fondos y sus trapicheos. Sé que es una buena novela ya que la mejor parte no es la historia que cuenta, la historia central, si no que la mejor parte es la de un personaje secundario, una monja. Si , una monja que le sirve para reflexionar sobre los abusos en la infancia (siendo ella la abusadora): “When you do something terrible, after a while – the daily routine, the people around you, the work, the worries – after a while all that takes over. So many layers of time settling on the memories – and the big things, even the awful things, they end up buried under all the other stuff. Sometimes it feels like it happened to someone else”. ¿Quién no se ha hecho trampa a si mismo mediante este olvido, quien no tiene maldades enterradas en su pasado entre tantas capas de cosas normales? ¿Vosotros no? Bueno, pues será cosa mía.

Aun confiando en vuestra palabra y que ninguno tengáis ninguna maldad enterrada en vuestro pasado me uno a la monja en recordaros: “When I was a child, the priests told us to recognize the dividing line between a venial sin and the mortal sin that put your soul in danger. Did you take pleasure in it? – That was the measure of things back then. Your instincts could lead you astray, but you were in real trouble if you take pleasure in it”. Puede que no sea exacto, ni preciso pero no me parece una mala distinción. Ya lo sabes, si disfrutas es que es mortal (a menos que tenga beicon, que entonces es normal. Todo es mejor con beicon).

Leer libros de buenos autores que conoces siempre es algo que gusta, pero he de reconocer que me gusta mucho mas leer autores que no conozco y aunque para eso vale cualquier librería la verdad es que comprar japoneses en Kinokinuya es una de mis actividades favoritas, y de  esta librería me traje Parade (ya solo me queda otra de japoneses).  Aunque no es una excelente novela, la verdad es que se lee bastante bien y los cuatro (o cinco) personajes centrales dan una (extravagante o normal, no lo sé) visión de los veinteañeros japoneses. No se trata de una novela demenciada en el sentido de las de Murakami (el de serie b, no el cultureta) si no que la mayoría de los personajes, aunque peculiares, son normales (razonablemente) e incluso comparto la sorpresa de uno de los protagonistas cuando reflexiona:



“So even though I’d done only things that would benefit me, whenever any of them – be it Koto, Ryosuke, MIrai or Satoru – have a problem, they always come to me for advice, like it’s the most natural thing in the world. Never once have I really been kind and considered the other person’s situation, but still they come to me, like Koto’s asking my advice this evening. Even so, perhaps through some twisted part of their personalities they view this detachment as consideration, and I find my stock, despite my unwillingness, rising in their eyes.
“Before I Knew it, my lack of genuine concern led them to treat me like some great elder brother figure. If they’re satisfied with selfish consideration like this, then how does the rest of the world treat them? The thought has me worried.”

No tanto porque me haya pasado a mí, que no, que a mí nadie me considera con un hermano mayor para pedirme consejo – debe ser que mi déficit de interés es excesivo – si no por aquello de ver a gente pidiendo consejo a otras personas de las que sabes que no les importa lo mas mínimo y te preguntas ¿de verdad, esta era su mejor opción? Y te quedas preocupado.

De las novelas de Cabal, bueno, vale, de las novelas de Howard, ya he hablado otras veces en este blog ya que es un autor que he descubierto casi a la vez que iniciaba este blog y ya llevo leídas tres de él, y del que además (extrañamente, diría) me acuerdo ya que tampoco es fácil olvidar libros en los que es protagonista es un nigromante.  Bueno, al menos para mí que no tengo ni idea de lo que leéis vosotros e igual solo leéis sobre este tema y podéis confundir fácilmente a los autores de libros con nigromantes. Pero divago, a lo que iba, The Brothers Cabal, tiene dos partes ya que hay dos hermanos y los dos salen en el libro (como sabiamente habréis adivinado por el título, aunque podrían haber sido más). Uno es un nigromante y el otro es… pues, ¿Qué diríais?... pues es un vampiro. Si, ni más ni menos que un vampiro, y si también hay hombres lobo en el libro, además de otros monstruos (no, no hay ningún Frankenstein) e incluso un grupo de mujeres aviadoras (iba a escribir lesbianas aviadoras pero de esto no estoy seguro, aunque se sospecha por la sorpresa del vampiro y su poco éxito entre ellas).La primera parte, la del hermano vampiro, es más flojilla de lo habitual (al fin y al cabo va sobre el hermano y ya sabéis que a nadie le interesan los hermanos) pero la segunda sube un poco el listón aunque sin llegar a la calidad de las anteriores de la serie. Con todo una lectura entretenida.

Hasta aquí las lecturas del mes y ahora antes de terminar os confesare que ahora leo tomando notas. No, no es que tome notas siempre, solo de vez en cuando; de vez en cuando apunto alguna frase (las que reproduzco aquí) apuntando la página y el título del libro para luego poder copiarla. Si, hago esto y lo hago en un cuadernillo especial que tengo en la mesa. Hasta aquí algo más o menos normal. Lo raro es que a veces se me olvida que he tomado notas de algún libro y me olvido de copiar alguna frase apasionante de las que he leído (a veces desecho alguna en la lectura de la agenda). Si, así son las cosas y esto me ha pasado hace poco con estas dos:

“Cuando estés a punto de sepultar a tu cuarta esposa bajo el suelo de la cocina, haz una pausa y prepara té”

“Las jovencitas sois como piedras, nada os conmueve. No se puede tener una relación con una piedra, yo por lo menos no puedo”.


Dos grandes frases que os dejo para vuestro disfrute y para que intentéis adivinar a que novela pertenecen, e incluso en la esperanza de que comentéis prometo una cena como premio al que acierte.