sábado, 6 de febrero de 2016

Comentario de textos - Enero 2016


Seduction of the innocent – Max Allan Collins
Summer, Fireworks, and my corpse – Otsuichi
Bitter Bronx. Thirteen Stories – Jerome Charyn
High as the horses’ bridles – Scott Cheshire
Producciones Kim Jong-Il presenta… - Paul Fischer
Ready Player One – Ernest Cline
334 – Thomas M. Disch
Night Music. Nocturnes 2 – John Connolly
The Zap Gun – Philip K Dick
Angel y el mono – Howard Chaykin – David Tischman – Philip Bond
The Minx – Peter Milligan – Sean Phillips
The Fade out – Ed Brubaker – Sean Phillips
White Trash – Gordon Rennie – Martin Emond
The Names – Peter Milligan – Leandro Fernandez – Cris Peter
Fairest – Bill Willingham
Fables Happily ever after – Bill Willingham – Mark Buckingham – Steve Leialoha – Andrew Pepoy
Fables 150 Farewell – Bill Willingham – Mark Buckingham – Steve Leialoha

Cada vez que leo un libro de esta colección/editorial – Hard Case Crime – me veo obligado a comentar lo mismo: “como molan las portadas, ese aspecto de clásicos del Pulp”. Porque al menos a mí me encantan las portadas de esta colección  y si no compro todas las que veo es solo por las limitaciones de peso en los aviones y, para que negarlo, porque alguno de los autores no están entre mis favoritos. Además las que he leído suelen ser buenas novelas, sumamente entretenidas y Seduction of the innocent, pues también lo es. No solo es una novela entretenida si no que trata uno de esos episodios de la historia americana que son tan absurdos que parecen increíbles, como los juicios al Rock&Roll por ser una fuente de satanismo, de mensajes ocultos grabados del revés (que uno pensaría que ahora, con las ediciones digitales, no podría realizarse pero que extravagantemente se mantienen ya que muchos reproductores digitales permiten escuchar una pista al revés. Ni idea de por qué o para qué, aunque algunos discos de hardcore-noise-after-ni-idea la verdad es que casi mejoran oídos del revés, desgraciadamente no lo suficiente para poder ser escuchados con tranquilidad, o como las críticas a los juegos de ordenador por fomentar la violencia, o como… cualquier absurdez. El caso es que la novela se sitúa en unos juicios al mundo del cómic (vamos a los tebeos) por ser fuente de violencia juvenil (juicio que efectivamente tuvo lugar) y por supuesto tiene lugar un asesinato que parece basado en un cómic (o tebeo). Ademas de esto y de la portada la novela tiene unas cuantas viñetas de cómic (o tebeo) al principio de cada capítulo que realmente son excelentes.

La verdad es que pese a que me cueste reconocerlo (bueno, ahora ya no me cuesta tanto como prueba este reconocimiento semis público) hay cosas pequeñas que me pone muy nervioso, pequeñeces que me atacan los nervios, pequeñas tonterías que sencillamente me parecen inaceptables. Exactamente esto es lo que me ha pasado con Summer, Fireworks and my corpse que es una novela (realmente un cuento) que se supone que viene acompañado por otros dos: Yuko y Black Fairy Tale; entiendo que para completar un volumen que justifique su edición. No, lo que me pone nervioso no es que vengan otras dos historias junto a la que da título al libro, como digo eso lo puedo entender e incluso en el caso de un autor japonés para el mercado americano pues me parece algo acertado. No, lo que me desquicia es que, si bien la historia que da título al libro no es la más corta de las tres, ciertamente tampoco es la más larga, pero es que la historia del título solo tiene unas 75 páginas mientras que la historia más larga tiene casi 230 páginas. A ver, obviamente la novela (en caso de serlo alguna) seria Black Fairy Tale y no la que se anuncia en el título, que llega escasamente a un cuento un poco largo. La verdad es que me molesta mucho y no se bien porque ya que más o menos las tres historias están bien, historias correctas de terror con más o menos acierto y más o menos originalidad pero que se leen bien sin ser demasiado japonesas (lo que es una pena) y las he disfrutado pero… al final la última historia me ha mosqueado por no haber dado título al libro (tiquismiquis que es uno).

Como este último libro me había mosqueado un poco decidí coger uno de cuentos cortos: Bitter Bronx, eso sí, comprobando antes que el título del libro no se correspondiera con ninguna historia ya que no quería tener la tensión de estar anticipando que la mejor historia, la que da título al libro (que al menos yo supongo que es la mejor o la favorita del autor) estaba aún por llegar. Como además el Bronx es una parte de NYC que conozco poco, creo que solo he ido una vez y hace ya muchos años (cuando se supone que uno no debía ir) aunque mucho después de cuando están ambientas las historias, muchas de las cuales critican implícita o i al ingeniero que se le ocurrió hacer una autopista cruzando el Bronx (diría que con razón, ya que meter una autopista en mitad de un barrio no parece una buena forma de rehabilitarlo). Algunas de las historias se cruzan con otras pero solo porque el “marco incomparable” (que no es Murcia, aunque puede que el Bronx tenga algo de Murcia en cierta medida) es el mismo y, diría que es algo muy ochentero, la ciudad es en cierta medida un protagonista más de la historia (creo que de esto mi hermano solía hacer mucha burla en sus primeras novelas y cuentos con bastante razón, diría). El caso es que, en general, las historias están bien aunque tampoco son excepcionales, para mi muy lejos de los grandes cuentistas.

“la sangre llegara hasta los frenos de los caballos”, al parecer dice el apocalipsis (14:20 para más señas) y es una frase que me extraña no sea más conocida, que no haya aparecido en más películas, series o novelas de psicópatas (igual lo ha hecho y yo no lo recuerdo) ya que es una frase demoledora y versátil. Yo me puedo imaginar cientos de escenas (de películas, no de la vida real) en las que resultaría una frase excelente y definitiva. Como título para una novela también me parece excelente, aunque más para una novela de muchos asesinatos, una novela negra canónica (o no canónica, que yo no se me el canon) por ponernos finos, que para una novela sobre un niño de 12 años que ha tenido una visión ante una multitud en Queens. Con todo y considerando que, según la contraportada, se centra en la historia de su vuelta a Queens después de haber estado en california y haber perdido la fe, pues pensé que High as the horses’ bridles merecía una oportunidad… bueno, pues sin llegar a equivocarme del todo tampoco he acertado en darle una oportunidad aunque su descubrimiento de que los padres no son una sola entidad realmente merece la pena: “She glared back at Dad, and let me into the house. I couldn’t know what that glare was about, not really, only it appeared Mom and Dad thought differently about some things. About me. They were different people. I don’t think I really knew this before. From then on I wasn’t surprised when they had opposite opinions, or when my mom got mad at Dad for whatever reason.”

Este era el último libro que me había comprado en NYC lo que podía situarme en una situación compleja que requiriera una visita a mis librerías de referencia en Madrid, si no fuera por a) los regalos de navidad que si bien no incluían muchos libros, incluían uno que prometía ser un poco espeso y cuya lectura había estado retrasando, b) los libros, pocos, que Álvaro había comprado en NYC y que aún me quedaban por leer y c) los comic (tebeos) que habíamos (vale, que había comprado Álvaro pero con el apoyo moral y logístico de todos) y que también me quedaban por leer.

En navidad, Rafa y Violeta desde la librería de Fuenfria de Cercedilla me habían regalado Producciones Kim Jong-Il presenta… , libro que obviamente yo no me hubiera comprado nunca (algo que está en la esencia de un buen regalo) por aquello de “basarse en hechos reales” puesto que yo solo leo ficción, de hecho las cosas que han sucedido no me suelen interesar e incluso si me interesan y han sucedido yo las leo como ficción: “reality is overrated” es  uno de mis lemas, además de uno de los lemas de una camiseta del Morgenstern.  Como ya dicho el hecho de que la historia estuviera basada en hechos junto con el hecho de que sea una historia sobre Corea del Norte (tal vez una de las pocas ocasiones en las que el Norte se asocia a algo peor que el Sur, normalmente – al menos para los que somos del Norte – todo lo malo viene del sur, concretamente de debajo del paralelo…. No digo más, que igual alguno se enfada), lo habían situado en el fondo de la pila de libros por leer, después de todos los traídos de NYC aunque ya empezaba a estar un poco saturado de leer en inglés. A ver, la historia es básicamente entretenida y de hecho parece muy bien documentada (¿Qué sabré yo de Corea del Norte para afirmar esto? Nada, pero queda bien) y la verdad es que todo parece creíble con muchos datos y algunas historias (como los secuestros de ciudadanos extranjeros, concretamente Japoneses) pues ya las había leído en otros sitios por lo que lo estaba intentando leer como si fuera de verdad. Hasta que, de repente, marginalmente, escribe esto: “A medida que avanzaba la fiesta, Jong-Il, como tantos otros padres de familia de finales de los años setenta, se levantó de la mesa y volvió con su cámara de Súper 8 para dejar constancia del jolgorio. Tomo primeros planos de los presentes, y se centró en Choi. Cuando quitaron la mesa, condujo a los invitados al salón, introdujo la película en el proyector y mostro las imágenes a todo el mundo.”

¿De verdad? Venga, Vale, así que hace una película en Súper 8, la saca de la cámara y la pone directamente en el proyector. No digo que en Corea del Norte fuera como en España en los setenta cuando tenías que mandar la película a revelar a un laboratorio especializado y tardaban tres días o una semana en enviártela revelada o incluso tenías que ir a buscarla a una nave por debajo de plaza de España (ni que algo parecido pasara en Estados Unidos) pero tampoco me creo que por muy dictador que seas o por muy avanzados que  estuvieran las películas de super-8 pudieran proyectar sin necesitar revelado. No, eso sí que no… hasta ahí podíamos llegar. ¿Documentado? Pues yo diría que no, así que como historia real tengo mis dudas, como historia de ficción pues no está mal la verdad.

Una vez liquidadas mis compras y mis regalos era el momento de pasar al robo de libros, empezando por Ready Player One que si bien fue una novela que compro Álvaro, lo cierto es que yo también estuve tentado de comprarla así que no se si punta del todo como robo. Todo un acierto, la verdad es que es una de esas novelas verdaderamente entretenidas, muy sencilla e incluso simplista, pero con las que te lo pasas como un niño pequeño de la que además recuerdas cosas que tenías olvidadas de adolescente de los ochenta enganchado a los videojuegos de aquellos primeros ordenadores que se las apañaban con 32 o 64 k y en los que las cosas se archivaban en una cinta de cassette que ni siquiera reproducida del revés podíamos considerar musical. Ya digo, una historia sencillita que se lee como una partida de un video juego comentada, así que no es para todos los públicos: nunca se la recomendaría a mi hermano Rafa ya que no le pillaría la gracia (creo que ni siquiera pillaría la gracia de Tierra de Stefano Benni y esta tiene menos gracia).

334, por el contrario, es un libro que creo que yo nunca me hubiera comprado y que en el caso de habérmela comprado me habría puesto nervioso, como ya he comentado, puesto que la “novela” solo ocupa las ultimas 100 páginas del libro, estando las primeas 150 ocupadas por una serie de cuentos que, en cierta medida, tienen relación con la novela, al menos con la localización de la novela el 3334 East 11th Street. Y no solo me hubiera puesto nervioso con esto sí no que además es de esas novelas en las que en cada capítulo se cambia de personaje, de época e incluso de “realidad”. De hecho viene con una especie de plano al principio para que sitúes quien es el personaje principal de cada capítulo, el año en el que sucede y si se trata de fantasía, realidad, un monologo o que… Seguro que tiene su público pero para mí, pues como que no es… si ya me costó entenderme con Rayuela y eso que la leí de adolescente cuando aún tenía memoria, paciencia e inquietudes.

Cuando ya solo me quedaba por leer un libro – sí, este año Alvaro apenas si compro libros en nuestra visita a NYC -  un sábado de esos que me quedo intentando entretener a Alicia mientras Helena y Maite tienen que ocuparse de la desagradable tarea de visitar a mi abuela para escuchar sus maldades (algo que aunque mi médico no me ha prohibido expresamente – lo de visitar a mi abuela, no lo de las maldades – pero que mi salud no me deja realizar y  mis queridos seres queridos me dejan evitar), pues eso, un sábado de esos en los que al final acabamos comiendo en un Vips y mientras Maite acompaña a Alicia a que escoja su regalo (algo que inevitablemente me recuerda a los domingos de mi infancia en los que toda la familia salíamos a comer a casa Antonio y antes pasábamos por el kiosco y nuestro padre nos compraba algún tebeo – normalmente un Joyas literarias juveniles – como si de ir a misa se tratara y que hacia el domingo un día feliz) y os demás dábamos vueltas desesperándonos poco a poco (la niña no es rápida en sus elecciones de regalos) encontré una de esas pilas que hay en Vips de libros rebajados y entre ellos Night Music, el segundo volumen de cuentos de Connolly que sencillamente es muy bueno; no digo excelente ya que como en todos los tomos de cuentos los hay excelentes y otros que no llegan a tanto, igual que los hay muy largos e incluso muy cortos e incluso hay dos que están unidos,  aunque separados en el libro, y el segundo de los cuales incluye a Sherlock Holmes y al villano Moriarty que si bien puede trazar los planes más complicados para sus delitos se ve completamente incapaz de, por ejemplo, ir a una joyería y simplemente robarla con lo que duda de ser realmente una gran mente criminal.

The Zap Gun, es un cuento largo o una novela corta que como se ve en este post no tengo muy clara la diferencia y creo que tampoco la tienen los editores. De hecho estoy seguro de que en España se editó como parte de los tres tomos de cuentos completos de K Dick pero no lo puedo asegurar. K Dick siempre merece la pena, yo creo que debe de ser lectura obligatoria. Puede que no todo el, puede que no está en concreto, pero si muchas de sus novelas, especialmente considerando que mucha gente ha visto adaptaciones de sus novelas que, la verdad sea dicha, dejan fuera mucho de lo importante de K Dick, de sus mundos ciertamente alucinados y de sus paradojas mentales.







Y con esto llegamos al último fin de semana de enero, ya sin nada que leer y la verdad es que salvo comics (tebeos) de los que Álvaro sí que había comprado un puñado asi que por si acaso no me acercaba por mis librerías de referencia cogi unos cuantos y me puse a la tarea.

Los hay buenos, como The Fade Out o los Fables y Fairest, aunque el primero aun tiene que continuar por lo que aún no sabemos si será excelente, y los dos últimos son casi un cierre de serie por lo que siendo buenos no lo son tanto como el resto de la serie que ya estaba siendo larga, larga hasta agotar un poco la premisa; y los hay no tan buenos, o directamente malos que no aportan nada especial salvo entretener un ratillo.

Ahora ya la visita a la librería Méndez de la calle mayor se hace inevitable o incluso la visita a la librería Fuenfría de Cercedilla salvo que Rafa realmente cumpla el plazo de su editor y en breve tenga preparado un borrador para saciar a sus lectores (que somos, o deberíamos ser, todos). Yo espero que así sea y que en breve pueda disfrutar de leer el borrador, si no pues tocara visita de librerías o tal vez empezar a realizar algunas de las tareas que tengo aplazadas y en las que debería ir avanzando. Rafa: tu editor, el panel de expertos críticos (sin criterio, eso sí) esperan ese borrador, el público espera la versión final. Animo Bro. Sorprendentemente le molesta menos que le llame Bro que Rafa, algo que le molesta, o le molestaba, sobremanera y que por eso prefiero, así que corrijo: 

¡Animo Rafa!.